Juan Carlos se acerca cada vez más España. El año pasado aterrizó hasta en siete ocasiones en su país, por lo menos públicas, y en este año ya ha reaparecido nuevamente para asistir a las regatas de Sanxenxo este fin de semana. El emérito se aloja una vez más en la casa de su íntimo amigo Pedro Campos. Lo hace junto a su hija la infanta Elena, aunque pronto podría tener una casa allí. Pero de momento parece que abandona los Emiratos Árabes para instalarse en Ginebra, cerca de su hija Cristina. De esta forma los desplazamientos son más sencillos para él.
Sanxenxo se ha convertido en un refugio para el rey emérito. Cada vez que visita Galicia, se aloja en la residencia de su gran amigo Pedro Campos, quien ha sido su apoyo incondicional durante estos años. En ocasiones, la infanta Elena ha estado con su padre en estas visitas, disfrutando también de la hospitalidad de Campos. La casa de Pedro Campos ofrece la privacidad y tranquilidad que el emérito necesita para mantenerse alejado de los reflectores de los medios.
Pedro Campos reformó su casa de Sanxenxo, todo listo para su gran amigo
En caso de que Juan Carlos decida regresar a España de manera permanente, su preferencia sería establecerse en Sanxenxo, dada la prohibición de residir en Madrid, especialmente en Zarzuela. Aunque la infanta Elena le ha propuesto su domicilio como una opción, él lo ha declinado. Incluso realizó modificaciones en su piso de lujo durante ocho meses para hacerlo accesible para personas con movilidad reducida.
Juan Carlos ha estado buscando propiedades en Sanxenxo, ya que su estancia en la casa de Pedro Campos no puede ser a largo plazo, a pesar de estar bastante cómodo allí. Cuenta con un apartamento diseñado exclusivamente para él, ajustado a sus preferencias y necesidades.
Recientemente, Pedro Campos ha llevado a cabo reformas en su casa para aumentar el confort del emérito, trabajos que se extendieron por cuatro meses y que buscaban mejorar su calidad de vida en el lugar.
Esta semana, Juan Carlos podrá ver el resultado de las reformas, disfrutando de nuevos espacios creados especialmente para él. La hija de Pedro Campos, que reside en la misma casa, se trasladará temporalmente para hacerle espacio al emérito.
Con el deseo de no incomodar y buscando preservar su privacidad e intimidad, Juan Carlos está interesado en encontrar una residencia en la zona que cumpla con estas características. Prefiere una casa con vista al mar, aislada del acceso público y la prensa, y que cuente con un amplio terreno privado.