Juan Carlos I ha vuelto a España por sexta vez en un año. El emérito aterrizó en Madrid esta misma mañana para asistir al cumpleaños de su hija mayor. Lo hacía en compañía de la infanta Elena y Froilán de Marichalar. A la hermana de Felipe le ha costado convencerle, pero le hacía mucha ilusión poder tener a sus padres juntos una vez más después de tantos años. La madre de Victoria Federica cumple este miércoles 20 de diciembre 60 años, una cifra redonda que no quería pasar por alto. Ha querido reunir a todos los Borbón y lo ha conseguido, prácticamente, la única gran ausencia ha sido la de Leonor que se encontraba haciendo maniobras en el pirineo aragonés.
La infanta Elena ha celebrado su 60 cumpleaños en Pabú, un local de moda de la capital madrileña ubicado en la calle Panamá. Los fotógrafos se han situado a las puertas del restaurante para captar la llegada de todos los asistentes. Sorprendentemente, Felipe y Letizia han aceptado la invitación de la hija mayor de los eméritos. Han aparecido sonrientes y muy unidos, tal vez para intentar zanjar los rumores de las últimas semanas sobre una posible infidelidad.
Juan Carlos y Felipe se reencuentran en el cumpleaños de la infanta Elena y saltan las chispas
Juan Carlos I ha evitado sentarse al lado de Letizia. La relación entre ellos es prácticamente inexistente. El emérito la culpa de todos sus males, tal y como ha contado en alguna ocasión a su círculo más íntimo. Felipe VI tampoco ha mostrado una excelente relación con su padre. Desde que le obligó a exiliarse a los Emiratos Árabes la relación es más tensa que nunca.
Felipe y Juan Carlos discutieron en un momento de la celebración enturbiando un día tan especial para la infanta Elena. La tensión entre padre e hijo y con la nuera incluido, era más que evidente. Todos los invitados hicieron lo posible por calmarles y que la sangre no acabase en un río.
Al terminar el almuerzo, Felipe no se quedó ni un minuto más y se marchó con Letizia corriendo. No soportaba estar al lado de su padre. Juan Carlos le echa la culpa de toda su situación y de los problemas familiares. Y la reina le culpa de ser el posible instigador de las últimas declaraciones de Jaime del Burgo.