Juan Carlos se ha hartado de la arena de los Emiratos Árabes y busca fresquito para encarar los últimos años de su vida. El traslado permanente a Ginebra es una realidad. Abandona Abu Dabi después de 3 años y medio de huida voluntaria y cobarde, pero con una enorme motivación económica: 1.800 millones de euros. Es la fortuna obscena que ha ido amasando a lo largo de su polémico reinado. Escondido bajo el ala protectora de los jeques la herencia estaba garantizada. Pero en Suiza también lo estará, y resulta un destino mucho más práctico para continuar con su ritmo de vida sin tener que pegarse palizas escandalosas en jet privado. No es lo mismo el trayecto Abu Dabi - Vigo que Ginebra - Sanxenxo. Bye-bye, Golfo Pérsico.

El movimiento del emérito tiene otra derivada muy interesante: la protección familiar del botín que dejará tarde o temprano. Elena y Cristina son clave en todo este entramado, como principales beneficiarias del dinero. La ex de Iñaki Urdangarin recoge el testigo de su hermana mayor; residente en Suiza desde hace muchos años, se convertirá en la nueva Froilán. Es decir, el peón que vigila de cerca el negocio, y la persona que gestionará el pitote cuando llegue la hora. Pero claro, ahora tenemos un problema. Y cada vez más grave: qué hacer con Froilán. Sin trabajo en Abu Dabi, sin capacitación profesional, sin amigos, a disgusto... y pronto, sin el yayo Gilito.

La infanta Cristina / Europa Press

Pipe ha sido uno de los temas más calientes durante el encuentro de Juan Carlos con su hija Elena en Sanxenxo. Entre regatas y festines de marisco, el futuro del tarambana royal ha provocado discusiones y debates encendidos. 'Monarquía Confidencial', citando fuentes próximas al emérito, apunta este extremo. Una cumbre en toda regla, y de carácter urgente. "Elena está tranquila y feliz por cómo ha progresado su hijo, pero quiere mantenerlo al margen del foco mediático y la única manera es que permanezca una temporada Abu Dabi", cosa que evidentemente no hará nada de gracia a su hijo, que solo quiere volver a Madrid y recuperar las juergas perdidas. Y eso es, exactamente, lo que quiere evitar Elena de todas las maneras posibles: sabe que Froilán es un peligro: "Cuando regresa en España se desata". La excusa de la herencia (vestida como un "trabajo") le permitía continuar con su plan.

Elena / GTRES

Froilán ha olido sangre y forzará su retorno: la tía Cristina le ha quitado un peso de encima. Los esfuerzos del abuelo por colocarlo a otros jeques, como el rey de Baréin, podrían ser inútiles. O hay una amenaza directa, la de desheredarlo, o Pipe no bajará del burro. Hay otra posibilidad, pero que Juan Carlos descarta categóricamente, según el digital: pedir al Agá Khan, benefactor de Cristina, que también dé trabajo a su nieto en Suiza. No pasará. Demasiado riesgo. Froilán, una patata caliente... y a punto de explotar. Como la cabeza de Elena.

El rey Hamad bin Isa Al Khalifa de Baréin saluda a Froilán en presencia de Juan Carlos / GTRES