Carlos Herrera ha excitado al españolismo monárquico: confirma la revelación de El Español y pone fecha a la vuelta de Juan Carlos a España. Sería el 12 de octubre, día de la Hispanidad, concluyendo su millonaria huida a los Emiratos Árabes. La razón, ya la saben: que está aburrido y deprimido en el exilio, y echa de menos el calor de los colegas de festines, mariscadas y regatas en Sanxenxo. Abu Dhabi está muy bien, pero no hace olvidar la morriña. Queda claro: el emérito no se arrepiente absolutamente de nada, y se cree por encima del bien y del mal.
Los palmeros juancarlistas hacen la croqueta, y lo que semanas atrás eran discursos renegando de Juanito, ahora se vuelven reverencias, locuras y defensas inverosímiles de un rey destrozado por la opinión pública mundial. Así es esta España, oportunista y aduladora cuando toca. Algunos desbarran y protagonizan disparates monumentales, como ha hecho Bibiana Fernández, firmando la comparación más espeluznante de las que hemos escuchado últimamente en su afán de salvarle la cara al Borbón: ponerlo al nivel de Diego Armando Maradona. "Hay que diferenciar el Juan Carlos de la Transición del Juan Carlos posterior. Es como si de Maradona solo recordáramos lo que hizo después del fútbol". Ya se ve que Bibiana no tiene ni idea de la vida de Maradona, tan gran jugador de fútbol como ser humano lleno de vicios, trapicheos, violencia y escándalos. Y no, Bibi, no. Lo único que hizo El Pibe cuando dejó el fútbol fue engordar... y adelgazar. De hecho, acabó dejando la cocaína. Los mejores años de su carrera son también los más oscuros de su vida. ¿Seguro que le quieres comparar con Juan Carlos?
Los plebeyos más serviles empiezan a envainársela ante la posible vuelta del Borbón. Las reculadas prometen ser de época. El espectáculo ha empezado.