El año pasado, los periodistas José María Olmo y David Fernández levantaron ampollas en la monarquía cuando publicaron el libro ‘King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos', de la editorial Libros del K.O.). En él se plasmaron algunos de los negocios turbios del emérito, pero también la presunta existencia de una hija ilegítima llamada Alejandra. Aunque lo cierto es que no era la primera vez que hablaba de hijos ilegítimos de Juan Carlos. Al margen de las infantas Elena y Cristina, y del rey Felipe VI, a Juan Carlos se le han atribuido otras cuatro paternidades.
El primero de ellos y el más conocido fue Albert Solà, fallecido de repente a la edad 66 años cuando se disponía a hablar del asunto en una entrevista en televisión. Aseguraba tener una prueba de paternidad que coincidía al 99% con Juan Carlos I. Incluso presentó una demanda para ser reconocido como tal, aunque las acciones legales fueron desestimadas por el Tribunal Supremo en 2015.
Además de las infantas Elena y Cristina, Juan Carlos I habría tenido otras tres hijas
Otro caso destacado es el de Ingrid Sartiau, quien también afirma ser hija de Juan Carlos I y ha luchado por ser reconocida legalmente como tal. A pesar de sus esfuerzos, no ha tenido éxito en su reclamación, pero sigue manteniendo su convicción y comparando su parecido con Felipe VI en redes sociales.
María Alexandra es otra mujer que asegura ser hija del exmonarca. A pesar de sus intentos por demostrar su filiación, enfrenta obstáculos legales y aún no ha logrado obtener reconocimiento oficial como hija de Juan Carlos I.
El caso más reciente es el de Alejandra, una supuesta hija ilegítima del rey emérito, cuya existencia fue mencionada por primera vez en una entrevista en 2017 por Pilar Eyre y posteriormente por los periodistas mencionados. Según los autores del libro, esta mujer es conocida por todos los miembros del palacio de la Zarzuela y por Felipe VI. Es fruto de una relación que Juan Carlos I mantuvo con una aristócrata en los años 70. Aunque Alejandra nunca ha reclamado ningún derecho sucesorio, su historia añade más capítulos a la intrincada trama de la paternidad de Juan Carlos I.