Tal y como vienen afirmando numerosas fuentes desde hace tiempo, del bolsillo de Juan Carlos I salen importantes cantidades de dinero destinadas a pagar los caprichos y necesidades de sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y sus nietos, a excepción de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Felipe VI, que también ha renunciado al apoyo económico de su padre, no quiere que sus hijas ni él se vean relacionados con el dinero de Juan Carlos I, buena parte del cual es ilícito.

Pero como decíamos, las infantas y los hijos de estas sí disfrutan de la generosidad del abuelo. Según las informaciones vertidas en distintos medios, el emérito pasa pensiones muy jugosas a los Urdangarin y los Marichalar para cubrir sus estudios o, sobre todo, sus caprichos. Se habla de cantidades que rondan los 10.000 euros por cabeza. Es con ese dinero con el que Froilán se financia sus actividades en su tiempo libre.

Rey Juan Carlos acompañado de familia en Abu Dhabi
Rey Juan Carlos acompañado de familia en Abu Dhabi

Froilán, cuando puede, recupera sus peores hábitos

El hijo mayor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar siempre ha tenido un comportamiento errático, viéndose involucrado a menudo en escándalos como cuando fue desalojado de un after ilegal o cuando se vio involucrado en una pelea con arma blanca a la salida de una discoteca. De hecho, estos dos episodios fueron la gota que colmó el vaso de la paciencia de Felipe VI y Letizia. Froilán estaba perjudicando gravemente la imagen de la monarquía con sus actitudes y los reyes intervinieron. Le recomendaron a la infanta que lo mejor era alejar a Froilán de sus ambientes habituales. De ahí que fuera ‘exiliado’ a Abu Dabi, siguiendo los pasos de Juan Carlos I.

Allí se le facilitó un empleo en la petrolera ADNOC, un intento de integración en el mundo laboral que duró menos de un año. La falta de puntualidad, el escaso compromiso y una actitud despreocupada llevaron a los responsables a no renovarlo cuando se le acabó el contrato, dejándolo sin ocupación fija. Sin embargo, lejos de mostrarse preocupado, el nieto del rey emérito Juan Carlos I ha sabido cómo seguir disfrutando de una vida sin grandes sobresaltos económicos.

Froilán / GTRES
Froilán / Gtres

Juan Carlos I financia la afición de Froilán al póker

Entre sus mayores aficiones, además de las noches de fiesta, se encuentra el póker, tal y como recoge el portal Don balón. Un juego de estrategia en el que no siempre se puede ganar. Y Froilán, que no destaca precisamente por su suerte en las cartas, ha acumulado importantes pérdidas en sus partidas con amigos y conocidos. No suele perderse ni una timba cuando viaja a Madrid.

Pero el detalle más interesante no es cuánto pierde, sino quién paga esas deudas. Aquí es donde entra en escena Juan Carlos I. Es el emérito el que cubre sus pérdidas con la paga que le tiene asignada.