Juan Carlos I ha preocupado a todos por su estado de salud. Hace un par de semanas se le esperaba en las regatas que se celebraron en Sanxenxo. Nunca ha faltado a una cita desde que fue rey de España, por ello su ausencia desató todo tipo de especulaciones. El avión del emérito despegó de Abu Dabi, pero no aterrizó en España, sino en Ginebra. Programó una visita médica de urgencia. Ingresó en el hospital La Tour, uno de los más prestigiosos, especialmente en traumatología y fisioterapia, para cambiarse la pila del marcapasos y hacerse una revisión de sus problemas de movilidad. Una sencilla operación con anestesia local de no más de una hora. Se quedó un par de días ingresado para controlar que todo funcionase bien.

Pero no todo fueron buenas noticias. Juan Carlos I arrastra problemas de movilidad desde hace más de una década. En todo este tiempo ha sido intervenido más de una decena de veces de las rodillas y la cadera. Sin mucho éxito. En los últimos años probó suerte con un tratamiento basado en la medicina regenerativa con células madre. Parecía que surtía efecto y estaba mejor, pero su artrosis avanza a pasos agigantados y ya no es efectivo. Su pierna izquierda está totalmente inmóvil y es prácticamente irrecuperable, mucho más a su edad, a la que no se le recomienda realizar ninguna operación. Su estado es muy delicado, y tal vez no saldría del quirófano, y ya no hablemos de la recuperación.
Juan Carlos I, deprimido por quedarse en silla de ruedas para siempre
El marido de la reina Sofía siempre se ha creído una persona todopoderosa, gozaba de inviolabilidad y tenía todo lo que quería a su alcance. Pero el tiempo pasa para todos y el final es el mismo, por mucha riqueza. Juan Carlos I está muy delicado y ha recibido el peor resultado médico. Se quedará en una silla de ruedas hasta el fin de sus días, será una persona totalmente dependiente. Este es el motivo por el que el emérito no se deja ver ante las cámaras, no quiere que le vean como un monarca derrotado, en una silla de ruedas empujado por sus personas de confianza.
Desde que recibió la noticia se ha encerrado en la casa de Marta Gayá. No sale de la habitación y apenas come, las infantas Elena y Cristina aún siguen con él brindándole apoyo. Temen que esta situación haga que Juan Carlos I se enfrente a una fuerte depresión. Ya le han recomendado que sería ideal que se pusiese en manos de especialistas de salud mental para hacerse a la idea de este nuevo episodio en su vida.
Felipe VI, Cristina, Elena y la reina Sofía ya conocerían que el emérito atraviesa episodios depresivos.
