Toda la atención está puesta en Juan Carlos I desde que cumplió 87 años el pasado 5 de enero. En los últimos meses el emérito ha sufrido algún que otro pequeño problema de salud fruto de su avanzada edad y ha empezado a plantearse que su final está cada vez más cerca. El hijo de Felipe VI está triste y a veces ni sale de su habitación, tiene una pesadilla que le persigue todos los días. Los médicos ya le han comunicado el peor de los diagnósticos, el tratamiento de medicina regenerativa ya no surte efecto debido a su artrosis, por este motivo los últimos años de vida los deberá pasar en una silla de ruedas, y él no soporta verse como un rey derrotado, totalmente dependiente.

Joan Carles amb bastó / EP
Joan Carles con bastón / EP

Juan Carlos I cree que ha perdido la batalla. Después de ser un rey muy querido en su reinado, gozando de inviolabilidad y todopoderoso, ha acabado totalmente olvidado y repudiado, viviendo en el exilio y muy probablemente muriendo también lejos de su país. Felipe VI no se plantea traer a su padre de vuelta a España. Su cuerpo sería repatriado. Tampoco se le hará ningún funeral de Estado porque ya no pertenece a la institución. Incluso es probable que se deba buscar otro emplazamiento para su entierro, ya que la cripta real, donde están sus padres, está completa.

El emérito ha sufrido muchos problemas de movilidad desde hace más de una década. Juan Carlos I ha sido operado en más de una decena de ocasiones de su cadera y sus rodillas. De hecho, si fuese más joven aún se le podría hacer otra intervención, pero los médicos no lo ven nada recomendable debido a su avanzada edad.

Juan Carlos I acabará sus días en una silla de ruedas 

Juan Carlos está muy delicado. Él siempre ha sido una persona muy cabezona y está insistiendo a los médicos para que le operen. Sin embargo, no piensan meterle en quirófano y poner en riesgo su vida.

El padre de Felipe VI tiene un problema muy grave y es que no acepta la realidad. Eso es lo que le crea este gran sufrimiento y esta tristeza en la que está inmerso. Ni amigos ni familiares le sirven para alegrarse. No quiere acabar en una silla de ruedas, y ha comunicado a los suyos que está dispuesto a morir en quirófano antes de acabar en silla de ruedas, bajo su responsabilidad. Felipe, Elena y Cristina no lo piensan consentir.

Para colmo ha recibido una de las peores noticias, y es que es muy probable que por primera vez ya no pueda navegar en el Bribón las próximas regatas debido a su estado de salud. Su pierna izquierda prácticamente no tiene movilidad. Ya no puede tener la misma soltura en las maniobras.

Joan Carles I en una regata / EFE
Juan Carlos I en una regata / EFE