España asiste perpleja a una crisis sanitaria y de convivencia nunca vista y el jefe del Estado no ha abierto la boca. Sólo ha aprovechado para colar un comunicado expulsando a su padre de la Familia Real y asumiendo que es un corrupto. Era domingo, de noche, con todo el mundo confinado. Juan Carls ya ha hecho saber "No me arrepiento. Eran prácticas habituales". El diario de papel más leído en España, El País, le dedica al caso Juan Carlos su editorial y salva a Felipe. Pero con un matiz muy importante.
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Escribe el editorialista: "La gravedad de unos hechos presuntos sobre los que ya trabaja la justicia no puede ser minimizada con la excusa de proteger al sistema constitucional de 1978". El País ataca la codicia, el afán para acumular millones opacos sin declarar a Hacienda de Juan Carlos: "El respeto y prestigio que supo ganarse entre los ciudadanos y los Gobiernos de todo signo deberían haber sido suficiente recompensa". Juan Carlos no quería golpecitos en la espalda. Quería cash.
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Bofetada a Juan Carlos y advertencia a Felipe: "Ningún sistema político está en condiciones de garantizar que los más altos dignatarios tengan un comportamiento ejemplar, y no por ello son sistemas deficientes. Lo serán si, llegado el caso, no tienen respuesta, y la Constitución de 1978 sí la tiene". El diario envía al lector a leerse la Constitución que dice que en caso de que el jefe del Estado, Felipe VI, fuera cómplice de los delitos del padre, el Congreso de los Diputados lo puede inhabilitar. Artículo 59.
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El final de la historia es de revista del corazón. Según la Constitución, si el Congreso obliga a Felipe a ceder la Corona mientras Leonor sea menor de edad el jefe del Estado sería una regente: la madre de la princesa. El diario recuerda que el texto constitucional lo tiene claro: los políticos pueden echar a Felipe y durante cuatro años (Leonor tiene 14) la jefa del Estado será Letizia.