Pilar Eyre dejaba el sábado a Sábado Deluxe de Telecinco un cebo fabuloso para leer su libro Yo, el rey: qué dijo Juan Carlos a cada uno de sus tres hijos en una comida dónde informaba que se divorciaría de la reina Sofía para empezar una nueva vida con Corinna. Aquella comida resultó indigesta y las cosas nunca volvieron a ser las mismas entre los cuatro Borbones. Este es un fragmento de que pasó aquel día en la mesa, una bronca monumental entre los cuatro. Lo explica Pilar Eyre.
Todo se explica en el trepidante capítulo 29: "Los hijos se miraron y hablaron todos a la vez... No era justo, eso matará a mamá, cómo quedaban ellos y sus hijos... El rey se enfureció, dio un golpe en la mesa 'Sois unos egoístas, todos hacéis lo que os da la gana. Tú Felipe te has casado con una divorciada, menuda elección, ¡que sepas que los españoles no la quieren!. Si tantas ganas tienes de ser rey, divórciate". Las copas temblaban. Felipe, también.
A la hija mayor, Elena, la más próxima y parecida a su padre, le lanzó: "Tú te has divorciado de tu marido, que era insoportable, sí, hija, ya lo sé, pero eso lo sabías tú también cuando te casaste. ¿Por qué no aguantaste? ¿Y tu religión?' Elena bajo la cabeza aceptando su pecado, se sentía culpable por haber privado a sus dos hijos de la compañía diaria de su padre". La beata Elena calladita. Pero con quien fue más duro el rey fue con la infanta Cristina.
Remata Eyre en boca de Juan Carlos, según le han explicado sus fuentes, siempre certeras: "Y tú, tú (extendió su índice tembloroso) te hemos tenido que apartar de la familia por tu mala cabeza y por el torpe de tu marido. ¡Por seis millones de euros ha quedado como el chorizo del reino! Tú también tendrías que divorciarte'. La hija se rebeló con valentía: 'Si dices que Felipe y yo nos divorciemos es para utilizarnos, no por nuestro bien, ¡para que tu divorcio pase más desapercibido! ¿Crees que no sé que todo lo que sale de mi marido es una cortina de humo para que no se hable de tus cosas? ¿Crees que somos iméciles?".
La última palabra fue para el rey insultando a sus hijos "El padre enrojeció de indignación, cogió una servilleta como para arrojársela a su hija que le miraba desafiante. Juan Carlos: 'Me parece increíble que te enfrentes a mí. Tú y tus hermanos sois unos memos, para lo bueno os creéis especiales y para lo malo hacéis lo que os da la gana. Os gustan los privilegios pero qué dais a cambio". Aquel combate de boxeo acabó nulo: todos heridos y la Corona por el suelo. La cuenta de la comida la pagaron los de siempre: los españoles.