La foto conjunta de Juan Carlos y Sofía que abre esta noticia es de la anterior estancia del emérito en España, por el funeral de su sobrino Juan Gómez- Acebo, hijo de la infanta Pilar. Volvió a reunir al matrimonio real que, por alguna razón que solo ellos saben, se niegan a divorciarse a pesar de las humillaciones a Sofía. Están separados de facto desde hace años pero ahora ya sin esconderse: uno en el exilio de Abu Dhabi y la otra en Zarzuela. La reina no perdería el estatus si se divorciara porque es la madre del rey Felipe y eso no lo dejará de ser nunca. Es reina emérita, pero en realidad su título es reina madre. Queda claro que si Sofía no se divorcia es porque no quiere. Su hija Cristina, que vivía separada de Iñaki Urdangarin desde que salió de prisión, se divorció al publicarse las fotos humillantes del marido en brazos de otra mujer, Ainhoa Armentia. No ha pasado lo mismo con las fotos de Juan Carlos dándose besos con una vedette bastante más joven y exuberante que Sofía, Bárbara Rey. Los periodistas lacayos buscan la reacción de Juan Carlos pero en realidad la reacción importante es la de la reina Sofía, humillada y vejada ante toda España con unas fotos de hace 30 años, de 1994.
En Telecinco, programa TardeAR, han buscado la reacción del entorno del emérito, que está escondido en Sanxenxo por el escándalo: "Juan Carlos está en España, justamente llegó hace un par de días y está pasando las regatas en Sanxenxo. Están escandalizados, muy sorprendidos de que se hayan podido publicar esas fotografías porque consideran que es en un lugar privado y que es totalmente ilegal. Creen que es víctima de una cacería. No piensan en la guerra que hay entre Bárbara y su hijo Ángel, sino que piensan que el objeto final de esta guerra es Juan Carlos. Él estaba muy tranquilo y contento, y le han desbaratado todo el fin de semana y toda la alegría que podría haber tenido. De pronto se encuentra metido en un lío de faldas que él ya había superado". El entorno del rey está como Juan Carlos: alejado de la realidad y senil. Que utilicen la metáfora de una cacería causa vergüenza, recordando que fue una cacería de elefantes en Bostswana en plena crisis económica lo que destapó sus escándalos de corrupción y sexuales. Y afirmar que Juan Carlos ya había superado la aventura con Bárbara Rey es obviar que los que no han superado que les engañen son los ciudadanos. Juan Carlos y la prensa lacaya no saben qué hacer para tapar la pésima imagen de la Corona e intentan hacer pasar a Juan Carlos como una víctima. Como estrategia es un fracaso. Ninguna monarquía europea ha visto a su rey mientras era rey en actitudes sexuales con una vedette engañando a la reina. Es inédito y cutre.
Antena 3, la cadena amiga de Bárbara Rey, tiene en nómina a su hija, que por mayor humillación de la reina emérita se llama Sofía. En el programa de Susanna Griso han querido que su tertuliana hablara del escándalo de las fotos y a Griso le ha salido mal la jugada. Sofía Cristo ha reprochado a la periodista catalana la risita y el tono burlón que utilizaba contra la hija de Bárbara Rey, totalmente devastada y que solo espera que su hermano, Ángel Cristo júnior, filtrador de las fotos, acabe literalmente en la prisión. "Que se pudra en la puta cárcel". Vídeo:
Sofía Cristo monta un Cristo contra Griso: "No me gusta tu lenguaje no verbal. Tu sonrisita de ironía, te estás mofando de lo que a mí me está molestando. Mírala, se está descojonando la tía. Mañana no voy a volver". Griso tendría que dejar de hacer prensa rosa. No sirve. Sofía Cristo culpa a su hermano mientras Juan Carlos culpa a los que quieren impedir de que blanquee su imagen aprovechando el mal momento de Letizia. Algunos medios hablarán de la otra infidelidad, la del matrimonio entre Letizia y Felipe, en 2054, dentro de 30 años. Bárbara Rey y Jaime del Burgo son lo mismo, los amantes. Ahora los grandes medios monárquicos hablan de cuernos de 1994 y defendiendo Juan Carlos. No cuela.