La relación de la Casa Real española con Catalunya es de igual a igual: ninguno cree en el otro. Mejor dicho, es una relación causa-efecto: cómo el Jefe de Estado no respeta a una parte de sus presuntos súbditos, la ciudadanía le paga con la misma moneda: no tienen rey. Y son muchos. Ni de Felipe, el de los discursos del 3-O, ni de Juan Carlos, cada vez más difícil de clasificar. Analizando el caso del demérito se puede llamar que, además, el trato hacia Catalunya ha sido de prepotencia e ignorancia 'cateta'. La memoria es fabulosa y, afortunadamente, ya no hay impedimentos para hablar con claridad del pasado oscuro del Borbón, que lo es y mucho. Y gracias al recuredo de Joan Granados, exdirector de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals en la época fundacional de TV3, allá por|para 1983 y 84, sabemos que el tic catalanófobo lo sufre desde hace tiempo.
Durante la presentación del libro "Como TV3 no ha(bía) nada" de Salvador Alsius (Pòrtic), tuvimos la suerte de escuchar a Granados a sus 86 años explicando de forma magistral su encuentro con el Rey 'de todos los españoles' y tal. Joan accedió al cargo en 1984 despachando a Alfons Quintà como director de TV3, "el monstruo" según Alsius en el libro. Siguiendo las órdenes del gobierno Pujol, que quería buenas relaciones con la Corona, fue a Zarzuela de forma cortés "para informar al rey de la tele que haríamos. Y me preguntó: "¿y cómo será?"". Granados fue sincero y genial. "En catalán, majestad". El monarca sufría un pequeño cortocircuito cerebral, y pedía más explicaciones. Una concreta: "¿Pero todo?" Esta réplica era sencilla, sí. "Puso cara como si le hubiera arrancado una muela". Y del dolor que sufría, se reveló su catalanofobia, contenida hasta conocer la osadía de los catalanes. "Pero, ¿la entenderán?". Las clásicas borbonadas que retratan a un país.
Pues sí, Juan Carlos. La entendieron y mucho, hasta hacerla líder por delante de TVE y, además, fortalecer el catalán, lengua oficial del país. Lo que no se entiende es como Juanito ha sido Rey tanto tiempo, y como es que sigue vigente la monarquía. Pero en fin, esta es otra historia.