Felipe VI se encuentra en una situación compleja, sin saber qué decir ni cómo actuar. Debido a esto, aceptó las directrices de Letizia, aunque le resultó doloroso tomar esa decisión. No tuvo más opción que apartar a Juan Carlos de la corona y, años después, someterlo a la humillación pública más severa para un monarca: el exilio. En 2012, Juan Carlos estuvo involucrado en una caza ilegal de elefantes en Botsuana. Las fotografías que se hicieron públicas lo mostraban orgulloso, posando junto al animal muerto, con un rifle en la mano y acompañado de Corinna Larsen, la mujer con la que estuvo a punto de divorciarse de la reina Sofía para casarse.
El actual rey, Felipe VI, ha tenido una relación de admiración y vergüenza hacia su padre en los últimos años. Las acciones de Juan Carlos lo dejaron en ridículo en varias ocasiones, complicando su reinado. Felipe se vio obligado a distanciarse de su familia en 2012 para calmar a la ciudadanía y proteger la imagen de la corona, ya que el apellido Borbón estaba muy manchado. Fue durante este tiempo, cuando Juan Carlos sufrió una fractura y comenzó a tener problemas de movilidad, que salieron a la luz investigaciones que revelaron el uso de dinero negro por parte del exmonarca.
El comportamiento de Juan Carlos también fue determinante para su destitución y exilio. Él pensaba que, como rey, podía hacer lo que quisiera, aprovechando su inviolabilidad. Recientemente, La Sexta recordó el momento en que Juan Carlos abdicó a favor de su hijo. La familia estaba muy nerviosa, incluyendo a Letizia, quien casi se cae de la silla. El discurso del emérito fue uno de los más bochornosos de la historia. Los presentes, políticos, miembros del ejército y la familia real, mantenían semblantes serios, sin saber cómo ayudarle a evitar el ridículo ante los medios de comunicación que grababan el evento. Juan Carlos abandonó la sala por la puerta trasera, sin poder sostenerse en pie, balbuceando y cometiendo errores.
Juan Carlos protagonizó el ridículo más espantoso de un monarca
La noche anterior a su abdicación, Juan Carlos había estado de fiesta en Londres, celebrando el cumpleaños de Corinna Larsen, según la periodista Pilar Eyre. Llegó a la ceremonia sin dormir debido a la niebla en el aeropuerto, que retrasó su vuelo. Esta vida agitada lo dejó en condiciones inapropiadas para un evento tan importante. No era la primera vez que Felipe VI tenía que rescatar a su padre de situaciones comprometedoras en casas privadas y llamarle la atención. La paciencia de Felipe tenía un límite y finalmente se agotó.
Este 10 de junio se cumplen 10 años desde la abdicación de Juan Carlos. Aquel día quedó claro para todos que el rey ya no podía seguir en el trono, lo que llevó a Felipe a iniciar el proceso de abdicación.