Ha pasado más de un año desde que empezó el bombardeo de declaraciones de Jaime del Burgo acerca de las infidelidades de la reina Letizia. El exmarido de Telma Ortiz incendió la corona con revelaciones escandalosas que desmontaron toda la fachada de felicidad y unión que se había creado alrededor del matrimonio de la consorte y el rey Felipe VI.
Algunas fuentes hablaban de crisis en la pareja desde 2013. Pero fue a partir de los mensajes de Jaime del Burgo cuando todo se ha hecho evidente. La tensión entre ellos es máxima en sus apariciones públicas, en las que se han visto gestos entre ellos muy cuestionables. Y mientras tanto, muchas fuentes aseguran que en privado llevan vidas separadas.
Todo empezó con el libro ‘Letizia y yo’
Jaime del Burgo no es el primero que atiza a la familia real. Quien también lo ha hecho reiteradamente a lo largo de los años es el periodista Jaime Peñafiel. El veterano comunicador nunca ha tenido pelos en la lengua para atacar a la monarquía. Sobre todo a la reina Letizia, de quien Peñafiel asegura que es una manipuladora, entre otras cosas.
De hecho, las revelaciones de Jaime del Burgo nacen a partir del libro ‘Letizia y yo’ escrito por Peñafiel. Este trabajo fue la previa de los ataques de Del Burgo. Este libro, publicado en 2023, está basado en conversaciones que mantuvieron los dos Jaimes. Pero al parecer, Peñafiel solo había usado un 1% de la información que le había pasado Del Burgo. El resto, Peñafiel consideraba que debía explicarlo el abogado. Del Burgo, se habría molestado por aquello. De ahí que empezara con su batalla personal.
Juan Carlos I estaba detrás del libro de Jaime Peñafiel
Volviendo al libro ‘Letizia y yo’, son unas cuantas las voces que apuntan que las conversaciones entre los dos Jaimes no fueron cosa de Peñafiel. Y tampoco la idea de escribir un libro. Según la experta en la monarquía Laura Rodríguez, fue el rey emérito Juan Carlos I, uno de los pocos miembros de la monarquía con quien Peñafiel mantiene buena relación y enemigo público número 1 de Letizia, quien mandó el encargo al periodista.
Puede que, con este movimiento, Juan Carlos I no consiguiera su objetivo de sacarla del trono. Pero sí consiguió que los focos no se centraran solo en sus corruptelas y dejarla en el punto de mira para la eternidad.