Máxima preocupación por el estado de salud de Juan Carlos I. En los últimos meses las visitas del emérito a España han sido muy recurrentes, y no solo para asistir a las regatas en Sanxenxo. También para pasar por Vitoria y visitar a su médico de confianza. Desde hace un tiempo, el marido de la reina Sofía se somete a un tratamiento revolucionario que combina plaquetas con células madre para mejorar sus problemas de movilidad. Los médicos ya le han advertido que podría quedarse en silla de ruedas para el resto de su vida, pero el padre de Felipe lo evita. No le gusta que le vean postrado en una silla como si fuese un derrotado.
También se ha informado en las últimas semanas que Juan Carlos ha sufrido algún que otro pequeño despiste, propio de su avanzada edad. Se habla de demencia senil. Además, Pilar Eyre destapa que el marido de la reina Sofía siempre ha tenido problemas mentales. Una fobia tremenda que desarrolló cuando se descubrió todo su entramado y su imagen como monarca quedó en entredicho. El emérito tenía pánico por su seguridad.
Cuenta Eyre que cuando se autoexilió en tierras árabes “al principio sentía una nostalgia atroz de España, pero no se atrevía ni siquiera a venir de visita por temor a que lo agredieran por la calle”. Un asunto de poco equilibrio mental: “Llegó a tener pesadillas recurrentes con este hecho y se despertaba en medio de la noche bañado en sudor. Un amigo de Juan Carlos me confiesa que ‘creía que iría a comer a un restaurante y le tirarían un tomatazo y yo le dije que tampoco sería el primero’. Porque lo mismo le pasaba cuando era Príncipe y viajaba con Sofía a todos los rincones de España. ‘Y le oí reír por primera vez desde que se fue al exilio’”. Por todos estos problemas mentales, Juan Carlos se puso en tratamiento psicológico. Fueron unos años muy complicados. Su salud se vio mermada en consecuencia.
Juan Carlos no va a volver a vivir en España nunca más
A pesar de todos sus problemas de salud y su avanzada edad, fuentes cercanas explican a Pilar Eyre que Juan Carlos no morirá en España, no está previsto, aunque algunos crean que es una deshonra para la corona y en especial a Felipe. El emérito ya se ha hecho a esa idea. Además, tampoco se instalará en Ginebra para estar más cerca de su país, su residencia oficial continuarán siendo los Emiratos Árabes.
