Juan Carlos cumplió hace un mes sus 87 años y no atraviesa su mejor momento de salud. Empieza a aquejarse de los problemas típicos de su avanzada edad. Hace ya más de una década que arrastra problemas de movilidad. Ha sido intervenido en más de una decena de ocasiones de la cadera y las rodillas, y nunca con un buen resultado. Cuenta con los mejores traumatólogos, visita regularmente Vitoria y Ginebra, además de Abu Dabi. Recibe tratamientos basados en la medicina regenerativa con células madre para mejorar su movilidad, aunque es algo temporal. Normalmente se realiza infiltraciones que le duran unos días, lo justo para que cuando visita España no le vean como un rey derrotado.
Hace más de cuatro años que el exmonarca vive instalado en Abu Dabi alejado del foco mediático. Felipe VI tuvo que exiliarle para proteger la corona, su reinado y el futuro de Leonor. Juan Carlos cuenta con numerosos amigos que le apoyan y está atendido las 24 horas del día; sin embargo, se queja de soledad. A sus 87 años ya quiere volver con su familia y sus amigos más cercanos. Necesita sentir el calor de un hogar.
Felipe VI, Elena y Cristina se han reunido en varias ocasiones en estos últimos meses para hablar de la salud de sus padres y especialmente del regreso a España de Juan Carlos I. El monarca cree que todavía no es momento, no le dejará morir solo fuera de su país, porque sabe que eso sería una deshonra para él y para la corona. No obstante, todavía se pone en el foco mediático y debe apartarlo.
Juan Carlos I viaja a Suiza para someterse a un tratamiento de medicina regenerativa
Aunque durante el primer año, Juan Carlos I no podía salir de Abu Dabi, ahora ya se mueve con total comodidad, y en muchas ocasiones sin pedir permiso a Felipe VI, especialmente cuando vuela a Suiza por sus tratamientos.
Juan Carlos I estuvo sopesando la posibilidad de instalarse en Ginebra con la infanta Cristina para que le fuesen más cómodos los desplazamientos. Se somete a un tratamiento revolucionario en La Tour de Ginebra. Es un centro especializado en medicina deportiva, con el que hace programas especializados para mejorar problemas de movilidad. En el caso del emérito sufre de artrosis, que juega en su contra. Es por ello que los médicos le dijeron que terminaría sus días en una silla de ruedas.
Por este motivo, Juan Carlos I adaptó su casa de 3.500 metros cuadrados en la isla de Nurai para personas con movilidad reducida.