Desde agosto de 2020, Juan Carlos I reside en el exilio, una decisión tomada por Felipe VI y la reina Letizia para proteger la imagen de la monarquía y asegurar el futuro de su hija Leonor, alejada de las polémicas que han rodeado al rey emérito. En la actualidad, la figura de Juan Carlos no se asocia públicamente con la princesa, una estrategia para desvincularla de los escándalos. Aunque el antiguo monarca ha manifestado en varias ocasiones su deseo de regresar a España, su estancia en Abu Dabi parece estar marcada por comodidad y conveniencia. En los Emiratos Árabes Unidos cuenta con amistades influyentes, lujo y la posibilidad de mantener oculto su vasto patrimonio, que se estima en más de 2.000 millones de euros. Sin embargo, su avanzada edad plantea un dilema, ya que morir fuera de su país natal sería un golpe para la monarquía, algo similar a lo ocurrido con Constantino de Grecia, hermano de la reina Sofía, quien también vivió en el exilio antes de regresar a su país para sus últimos días.

Juan Carlos El Escorial
Juan Carlos El Escorial

Juan Carlos se aloja en casa de su hermana Pilar cuando viaja a Madrid 

Durante el primer año de su exilio, Juan Carlos permaneció en Abu Dabi sin realizar viajes a España, una restricción impuesta por Felipe VI. No obstante, con el tiempo, el emérito comenzó a desplazarse más a menudo y actualmente realiza visitas al país sin requerir permiso oficial. Aunque no se espera que vuelva a residir permanentemente en España, sus visitas son cada vez más frecuentes y prolongadas. A menudo se ha refugiado en la casa de Pedro Campos, un amigo cercano, especialmente durante su participación en regatas. Sin embargo, en ocasiones más discretas, ha visitado Madrid para asuntos personales y familiares, hospedándose en el lujoso hotel Four Seasons o utilizando propiedades vinculadas a la familia.

Una de estas residencias es la antigua casa de la infanta Pilar, su hermana. Esta mansión de más de mil metros cuadrados, ubicada en la exclusiva urbanización Puerta del Hierro, ha sido escenario de importantes figuras como Isabel Preysler, José Hidalgo, y embajadores destacados. Diseñada con una estética clásica que refleja el estilo de la aristocracia, la propiedad fue utilizada en varias ocasiones por Juan Carlos para escapar del escrutinio público durante sus visitas a la capital. Aunque la casa llevaba años en venta, el rey emérito continuó usándola hasta fechas recientes.

El elevado costo de mantenimiento y la necesidad de una inversión considerable llevaron a los hijos de la infanta Pilar a decidir su venta. Incluso solicitaron ayuda a Juan Carlos para gestionar esta operación. Finalmente, la propiedad fue adquirida por Ricardo Fuster, hermano de Álvaro Fuster, amigo íntimo de Felipe VI. Este cambio pone fin a uno de los vínculos residenciales del emérito en Madrid, aunque su conexión con la ciudad sigue siendo fuerte debido a su historia personal y familiar.

casa infanta pilar
casa infanta pilar