Juan Carlos I ha logrado su objetivo de regresar a España siempre que lo desee. En el último año, ha realizado al menos siete visitas públicas al país, además de varios viajes a Londres, Ginebra y París. Estas visitas del rey emérito ya no generan la expectación de antes, lo cual era precisamente el objetivo de la Casa Real: normalizar su presencia en España. Tras haber ganado el juicio contra Corinna Larsen y al no tener pendientes causas judiciales, Felipe VI le ha permitido moverse con mayor libertad sin necesidad de dar demasiadas explicaciones. Sin embargo, tiene estrictamente prohibido visitar Madrid sin una justificación previa y de peso. Además, no se le permite pasar la noche en la ciudad, ni mucho menos entrar en el Palacio de la Zarzuela. En este sentido, se le considera una persona ‘non grata’, ya que ya no forma parte de la institución monárquica.
En la actualidad, no se contempla la posibilidad de que Juan Carlos I se instale de manera permanente en España, una opción que Felipe VI no considera viable, a pesar de la insistencia de sus hijas Elena y Cristina, quienes desean tener a su padre cerca, ya sea en Madrid o en Ginebra. De hecho, la hermana mayor del rey, Elena, reformó su vivienda para adaptarla a las necesidades de una persona con problemas de movilidad, con la intención de que su padre pudiera vivir con ella en algún momento.
Juan Carlos I quiere recibir un funeral de Estado y en España
El rey emérito está profundamente preocupado por lo que ocurrirá el día de su muerte y por lo que sucederá después. Este es un tema que le genera una gran ansiedad, especialmente en relación a la posibilidad de morir fuera de España. Según fuentes cercanas a él, citadas por 'Monarquía Confidencial', Juan Carlos teme profundamente fallecer en el extranjero.
Durante su reinado, don Juan Carlos evitaba hablar sobre el final de su vida, especialmente sobre el lugar donde sería enterrado. Sin embargo, ahora este tema le preocupa intensamente. Según se ha revelado, el rey emérito se ha obsesionado con cómo se organizarán los detalles de su funeral, un asunto que ha llegado a afectar su estado de ánimo, llevándolo a sentirse abatido en ocasiones ante las incertidumbres que enfrenta.
El entorno del rey Juan Carlos asegura que esta preocupación se intensificó después de asistir a las exequias de la reina Isabel II de Inglaterra, celebradas en la Abadía de Westminster. Juan Carlos desearía tener un funeral similar al de Isabel II, con todos los honores correspondientes, en lugar de un funeral como el de Constantino de Grecia, quien, al igual que él, perdió su posición en la monarquía debido al exilio y, por lo tanto, no recibió los honores de un rey.
Juan Carlos aspira a tener un funeral de Estado, como el de su abuelo Alfonso XIII, con la presencia de jefes de Estado y de Gobierno, así como de representantes de todas las casas reales, un desfile en su honor por las calles de Madrid y una misa de entierro en el Monasterio del Escorial. Este deseo ya ha sido acordado con Felipe VI.