A sus 86 años, Juan Carlos I enfrenta el peso de su edad y de un pasado cargado de luces y sombras. El rey emérito, exiliado de la vida pública tras su abdicación en 2014 y su posterior salida de España en 2020, es consciente de que su tiempo se agota. Entre tratamientos de medicina regenerativa para paliar sus problemas de movilidad, el padre de Felipe VI busca organizar lo que queda de su legado, incluyendo algo que le inquieta profundamente: su descanso eterno.
El pasado mes de septiembre, Juan Carlos I realizó una visita secreta al Panteón de los Reyes en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, lugar emblemático donde reposan los restos de los monarcas españoles. Este viaje, alejado del escrutinio público, refleja su deseo de asegurarse un lugar entre sus antecesores. Sin embargo, el Panteón de los Reyes está completo, y esta realidad plantea una incómoda incertidumbre sobre dónde descansará finalmente el controvertido rey emérito.
Juan Carlos I quiere ser enterrado en el Panteón de los Borbones
La posibilidad de ser enterrado en el Panteón de los Borbones ha sido un tema que Juan Carlos ha abordado directamente con su hijo, el actual rey Felipe VI. Sin embargo, la familia real y el Gobierno enfrentan un dilema complicado. Aunque el protocolo dicta que un exmonarca debe recibir ciertos honores militares, su entierro no será comparable al de grandes figuras de la realeza como la reina Isabel II. Más bien, se prevé un funeral discreto, en línea con el del fallecido Constantino de Grecia, cuñado de Juan Carlos y hermano de la reina Sofía.
El emérito ha expresado su deseo de tener un funeral majestuoso, como el de su padre, Juan de Borbón, cuyo féretro fue llevado en un impresionante carro de artillería desde el Palacio Real hasta El Escorial. Sin embargo, las circunstancias actuales complican esta visión. Su salida de la vida pública, los escándalos que empañaron su reinado y su distanciamiento de la Casa Real han reducido sus aspiraciones a un homenaje más modesto.
La reina Sofía no quiere pasar la eternidad al lado de Juan Carlos I
La reina Sofía, quien siempre ha mantenido un perfil más discreto, tampoco está interesada en ser enterrada en el Panteón. Esto deja abierta la posibilidad de buscar un nuevo emplazamiento para los monarcas actuales y futuros, alejándose del peso de la historia que el Monasterio representa. Felipe VI y la reina Letizia han dejado entrever su intención de marcar distancia con el pasado, lo que podría significar que ellos tampoco optarán por este lugar tradicional.
Mientras tanto, Juan Carlos I sigue visitando España de forma esporádica, principalmente para someterse a tratamientos médicos que le ayudan a mantener una cierta calidad de vida. Durante estas visitas, evita ser visto en situaciones que puedan proyectar una imagen de debilidad, como el uso de una silla de ruedas, algo que considera inaceptable para su legado como monarca.