Juan Carlos I fue el protagonista del pasado fin de semana. Los medios de comunicación se agolparon en la iglesia para sacar el primer plano del exmonarca. Aunque en la Misa de Pascua celebrada en los Emiratos Árabes reapareció en silla de ruedas y con un aspecto desmejorado, parece que para asistir a la boda del alcalde de Madrid ha pasado por chapa y pintura. Su médico de confianza le recetó varios medicamentos para soportar el dolor y poder estar presente en el evento con bastón. No quiere que en España se le vea como rey derrotado.
El emérito viaja a España a menudo con total comodidad, ya no tiene que pedir permiso a Felipe para ello. Desde que no pesa ningún cargo sobre él tiene total libertad. En el último año Juan Carlos reapareció por su país hasta en siete ocasiones, por lo menos públicas. En esta ocasión ya ha venido hasta dos veces. La última para la boda de José Luis Martínez Almeida. No tenía claro si aceptar la invitación, pero como él no forma parte de la institución ha podido hacerlo tranquilamente, además es primo de la abuela de Teresa Urquijo, con más razón. Y especialmente quería aceptar la invitación porque sabía que de esta forma dañaba a Letizia.
La venganza de Juan Carlos a Letizia es un plato que se sirve frío
Letizia se vengó de Juan Carlos cuando tuvo ocasión, el emérito no quería que la mujer de su hijo se convirtiese en reina, ni tan siquiera que se casasen, siempre le ha hecho el vacío y la trató con desprecio por ser una plebeya. En los últimos años ha sido su nuera quién le ha dejado fuera de juego por todos sus errores. El emérito considera a la madre de Leonor y Sofía como la culpable de todos sus males.
Juan Carlos ha regresado con mucha fuerza a Madrid. Letizia ha perdido todo el poder y ahora puede vengarse de ella como llevaba años planeando. La tortilla se ha dado la vuelta. Felipe coge de nuevo las riendas de la institución después de dejar a su mujer decidir absolutamente todo, y deja a su padre venir a España siempre que quiera, pero además le permite quedarse en la capital, y aún más, visitar Zarzuela. El palacio en el que vivió hasta agosto de 2020 cuando fue exiliado por los reyes.
El pasado domingo se organizó un almuerzo para Juan Carlos en Zarzuela. El emérito se quedaba todo el fin de semana porque este lunes se espera su presencia en la misa funeral a Gómez-Acebo. Tuvo ocasión de poder ver a Leonor y Sofía y reunirse con toda la familia aún soportando la mala cara de Letizia que echaba espuma por la boca. El emérito ha conseguido humillar públicamente a su nuera ante la familia y los empleados de Zarzuela, que se pusieron muy contentos con su presencia.