Juan Carlos hace casi 5 años que vive exiliado en el Golfo Pérsico desde que Felipe emitió un comunicado admitiendo el fraude de su padre, con centenares, miles de millones de euros evadidos a paraísos fiscales cobrados en comisiones ilegales durante 40 años de reinado. Pocos sospechaban que el exilio se alargaría tanto, solo Pilar Eyre ha insistido todo este tiempo en que Juan Carlos no volverá nunca más a residir en España. No pprque Felipe no lo perdone. No vuelve porque si fuera residente fiscal español tendría que declarar toda su inmensa fortuna a Hacienda. Juan Carlos morirá en el exilio y el Estado ya tiene activado el protocolo para cómo actuar cuando vuelva en una caja el día de su muerte. Los servicio secretos le pusieron un anillo electrónico en el dedo que transmite en tiempo real sus constantes vitales. Como un futbolista pero no para comprobar que está en forma sino para comprobar que sigue vivo. Ahora el entorno del emérito reconoce que el rey emérito habla muy a menudo de la muerte, de su muerte. Más después de que la semana pasada enterró a su amigo de juventud, el Agá Khan IV, que solo tenía un año más que Juan Carlos. Murió a los 88 años, también multimillonario. La cara de Juan Carlos en e l funeral en Lisboa dejaba claro que ve la muerte más cerca:
La imagen sobre los adoquines irregulares de la vieja Lisboa, del brazo de su fiel escolta y con el otro brazo sosteniendo un bastón acredita que Juan Carlos tiene problemas graves de movilidad. Su madre y su hermana Margarita acabaron postradas en silla de ruedas y Juan Carlos teme este final. Tanto es así que en las últimas revisiones médicas lo han advertido que lo más probable es que acabe necesitando la silla sin poder caminar porque las técnicas para recuperarle la pierna izquierda están fracasando. Juan Carlos, derrotado a los 87, ha dejado dicha una frase terrible pero humana: "Antes que eso prefiero morirme". Está hablado de eutanasia o de una muerte rápida.
Así lo publica el digital más afín en la Zarzuela,Monarquía confidencial: "Juan Carlos viaja a Ginebra con frecuencia para someterse a un tratamiento de medicina regenerativa basado en las células madre y plaquetas en sangre. Con ello, ha conseguido mejorar la movilidad pero solo temporalmente. Tiene su pierna izquierda prácticamente inmóvil, y los médicos ya le han comunicado el peor de sus presagios: que terminará sus días en una silla de ruedas, una imagen que él quiere borrar porque le recuerda lo que ocurrió con su madre. Por eso, antes que verse como un rey derrotado, prefiere morirse".
El rey orgulloso, rico hasta la obscenidad, que ignora cuántos centenares de millones tiene en varios bancos esparcidos por paraísos fiscales en el mundo, ha perdido la ilusión de vivir. No porque su hijo reniegue, la princesa Leonor no lo quiera ni ver o España se avergüence de él. Juan Carlos no quiere dar pena por patético. Lo que no sabe, porque vive en un mundo entre su demencia senil y la corte de aduladores, es que pena ya da.