El libro 'King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I' ha sacado a la luz un montón de cotilleos de la realeza que dejan sin palabras. El trabajo, realizado por los periodistas David Fernández y José María Olmo, dejan en evidencia, sobre todo, al rey emérito.
Por ejemplo, en su momento surgió la noticia de que el rey emérito podría tener una hija secreta llamada Alejandra, fruto de un romance de los años 70 con una aristócrata. Cuando su nombre salió a la palestra, los medios y programas de corazón hicieron su agosto, llenando páginas y minutos de televisión. Todos los focos apuntaron a Alejandra de Rojas.
Pero el libro no se queda ahí. También revela detalles picantes sobre las infantas Cristina y Elena, y sus retoños. Según los autores, la infanta Elena creció en un ambiente donde su padre, durante cincuenta años, manejaba fondos ilícitos en secreto para todos los habitantes de la Zarzuela. Y nos cuentan cómo Victoria Federica se habría beneficiado de los millones oscuros de su abuelo Juan Carlos para comprar caballos, entre otros caprichos.
Un millón para Marta Gayá que iban a ser dos
El libro también nos habla de la relación amorosa entre Juan Carlos y Corinna Larsen. Y no solo eso, sino también de todo el dinero que le habría ingresado a través de la Fundación Lucum, una sociedad panameña un poco turbia en la que también estaban involucrados el propio Felipe VI y la próxima heredera al trono, la infanta Leonor. Esta fundación se disolvió en septiembre de 2012. Pero antes de disolverla, todavía tuvo tiempo para sacar algunos millones más.
En noviembre de 2011, el emérito supuestamente decidió "donar dos millones de euros" de su cuenta en Lucum "a otra de sus ex, Marta Gayá”, con la que tuvo un romance que duró más de 20 años. Finalmente, no obstante, “solo le llega un millón”.