Juan Carlos I volverá a España el próximo 28 de julio. En un principio tenía previsto hacerlo el día 10, para cuando el Club Náutico de Sanxenxo había organizado unas regatas. Pero las elecciones generales para el Gobierno de España le han hecho cambiar de planes. Desde el Club Náutico de la localidad dePontevedra se han encargado de reprogramar dicha regata.

Una visita que seguirá la línea de las dos anteriores que ha hecho a España desde que se instaló en Abu Dabi el 3 de agosto de 2020. Es decir, será temporal. Estará en territorio español durante unos días y regresará a los Emiratos Árabes.

El rey emérito Juan Carlos I quiere volver a España de forma permanente

No obstante, el emérito tiene planes más ambiciosos a medio plazo. Sus intenciones pasan por volver a España definitivamente. Desde el Partido Popular tiene planes para perpetrar su vuelta si ganan los comicios. Y el rey Felipe VI ya habría dado el visto bueno a dicho regreso.

Juan Carlos en el avión
Juan Carlos en el avión

Tanto es así que ya  estaría moviendo hilos para comprarse una residencia donde instalarse para pasar la recta  final de su vida. Habría encargado a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, que le busquen un lugar donde residir en el futuro.

Las infantas Elena y Cristina buscan casa en Sanxenxo para su padre

Dicha casa estaría en Sanxenxo, dado que no puede volver a la Zarzuela. En realidad si podría, pues ya no está acusado de malversación. Pero tampoco quiere generar más incendios. Sabe que lo mejor para poder permanecer en España es no levantar polvareda. Además, la reina Letizia, principal instigadora de su ‘exilio’, no lo quiere por los pasillos de palacio relacionándose con sus hijas. Sobre todo con la princesa Leonor. No quiere que nada  ni nadie ponga en riesgo su futuro reinado.

Tampoco le  haría gracia a Felipe. Suficiente tiene con haber dado el “ok” al regreso de su padre. Una decisión que es una fuente de problemas en su matrimonio.

Eso sí, Juan Carlos no tiene planes de estar continuamente en España. Ello le obligaría a tributar en este país, algo que no le gusta demasiado al emérito. Buscaría la fórmula para pasar el mayor tiempo posible sin que ello suponga tener que pagar impuestos.