Tal y como recogíamos este lunes en ElNacional, no se descarta que el rey emérito Juan Carlos I pase unos días en Mallorca este verano. El padre del rey Felipe VI tiene previsto viajar a España a finales de mes para participar en una regata organizada por su amigo y habitual anfitrión, Pedro Campos, en Sanxenxo. Una prueba que viene a ser una especie de entrenamiento de cara al Campeonato del Mundo de Vela de la clase 6 Metros en la isla de Wight, que se celebra a finales de agosto y en el que el emérito está inscrito.

No obstante, tanto el rey como su tripulación consideran que Mallorca es un lugar mejor para entrenar, dado que las condiciones de la isla balear son más parecidas a las de la isla de Wight que las de Sanxenxo. De hecho, para no generar conflicto, el rey ha propuesto quedarse en Sanxenxo y que a Mallorca vaya toda su tripulación “por el bien del equipo”. Pero no está descartado que finalmente, si no coincide con su hijo Felipe y Letizia, él también acabe yendo.

Juan Carlos pasaba muy poco tiempo dentro de los muros de Marivent

Un lugar, Mallorca, del que el emérito guarda muy buenos recuerdos. El palacio de Marivent fue durante muchos años su residencia habitual en verano. Pero no es por lo que hacía en la mansión por lo que tiene esos buenos recuerdos. En realidad, el emérito pasaba muy poco tiempo allí junto a la reina Sofía. Juan Carlos era más de irse con sus amigos de fiestas y comilonas.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

Juan Carlos tenía unos cuantos aliados en Mallorca. Uno de ellos era el príncipe georgiano Zourab Tchokotua. Este fue quien le presentó a Marta Gayá, por ejemplo. Además, estaba casado con Marieta Salas Zaforteza, hija de Pedro Salas. Este último, fue ex presidente de la Diputación mallorquina y también quien le consiguió el palacio de Marivent para que la familia real lo usara como residencia de verano en 1973.

Fiestas mar adentro sin control

Y no solo eso. Pedro Salas era también quien organizaba las mejores fiestas en yates privados que tenían lugar mar adentro, en los que además la Guardia Civil tenía prohibido aparecer, excepto para acudir para recoger a las amantes del rey que tiraba por la borda.

En este sentido, se conoce que en ocasiones Juan Carlos, inmerso en alguna de esas fiestas, a veces recibía el chivatazo de que la reina emérita Sofía, que se había enterado de alguno de esos encuentros,  cogía una lancha junto a sus escoltas para pillarlo con las manos en la masa. Nunca lo consiguió. Como decíamos, Juan Carlos tiraba a la amante de turno por la borda y era la Guardia Civil la que pasaba a recogerlas.