Juan Carlos I nunca vio con buenos ojos emparejarse con los Ortiz Rocasolano, pero esos iban a ser los apellidos que acompañarían a sus futuras nietas, Leonor y Sofía Borbón Ortiz. El emérito no quería que su hijo se casase con una plebeya y menos una divorciada, presentadora de informativos. Intentó echar por tierra su imagen con la ayuda de los medios de comunicación, pero a diferencia de otras parejas, con ella no lo consiguió porque Felipe amenazó con dejar la corona.
Uno de los momentos en los que aparcaron sus diferencias fue en el funeral de Erika Ortiz. Un febrero de 2007, la vida de Letizia se tiñó de negro al perder a una de sus hermanas. La madre de Carla Vigo apareció muerte en el piso de soltera de la reina, donde vivía, después de haber ingerido una cantidad ingente de barbitúricos. Nunca se ha querido hablar de este tema tan delicado. Se desconocen los verdaderos motivos por los que Erika decidió terminar con su vida. Fue David Rocasolano, el primo de Letizia, quien acusó directamente a la entonces princesa y a su nueva familia. Según él, la mujer de Felipe era demasiado controladora, presionaba demasiado a Erika, y decidió acabar con todo.
La demoledora sentencia de Antonio Vigo a Juan Carlos en pleno funeral de Erika Ortiz
En aquel funeral, en el que toda la familia real empatizó con el drama que estaba viviendo Letizia, sucedió un episodio de máxima tensión. Un encontronazo histórico, Antonio Vigo, padre de Carla Vigo y ex de Erika Ortiz, contra Juan Carlos. "¡Tú tienes la culpa hijo de puta! ¡Vosotros la habéis matado!”.
Aunque han pasado 16 años de aquel trágico suceso, Carla Vigo nunca olvida a su madre, siempre la tiene muy presente. En sus redes sociales la recuerda todos los 7 de febrero, pero también en otras ocasiones, como en las fiestas navideñas. Aunque murió cuando ella tenía tan solo seis años, recuerda algunos momentos con ella. "No se supera y menos de la forma que me pasó a mí. Aprendes a vivir con ello y se tarda mucho", ha dicho en Instagram. Ha explicado cómo atravesó las diferentes etapas. "Negación, piensas que se una broma. Aceptación, es la más dura porque te das cuenta de que no la verás más. Aprender a vivir con ello, es la más fácil". Pero le costó aceptar la muerte de su madre porque nunca se le quiso poner nombre a la causa del fallecimiento. “Mi madre no es una cifra”.