La soledad y la añoranza pueden ser compañeras implacables, incluso para aquellos que alguna vez tuvieron mucho poder e influencia, como el rey emérito Juan Carlos I. Desde que se vio obligado a exiliarse en Abu Dabi hace casi cuatro años, su vida ha estado marcada por una sensación de vacío que ni siquiera la opulencia de su residencia en los Emiratos Árabes Unidos puede llenar.
El distanciamiento de su tierra natal ha cobrado un precio en la salud y el ánimo del emérito. A sus 86 años, enfrenta desafíos de movilidad y problemas de salud que lo hacen más dependiente de una silla de ruedas. La distancia de su familia agrava aún más su situación, dejándolo con un profundo sentimiento de soledad y anhelo por la compañía de sus seres queridos.
Invitación desesperada en Semana Santa
Es en este contexto que Juan Carlos I ha extendido una invitación especial a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, para que lo visiten en Semana Santa. Consciente de su estado vulnerable y de los años que avanzan, el ex monarca desea pasar tiempo de calidad con sus hijos, buscando consuelo en la cercanía familiar.
La infanta Elena, tras recuperarse de un esguince, ha decidido aceptar esta invitación. Después de disfrutar de unos días de regatas en Sanxenxo, viajará a Abu Dabi para reencontrarse con su padre y con su hijo Froilán. Elena estará acompañada en su viaje por su hermana y también por sus sobrinos Miguel, Juan Valentín o incluso Pablo. Este último, en esas fechas, disfrutará de unos días de descanso y no tendrá ningún compromiso con su equipo de balonmano, el Fraikin BM. Granollers.
Reencuentro familiar en Londres
Pero la reunión en Semana Santa no será la única oportunidad de encuentro para el ex monarca. El próximo martes, 27 de febrero, está programado un reencuentro en Londres, donde se unirá a su esposa Sofía, y a su hijo Felipe VI, junto con la reina Letizia, para asistir a la misa funeral de Constantino de Grecia en el Castillo de Windsor.
Tanto la infanta Elena como Cristina se unirán a este evento desde Madrid y Ginebra, respectivamente. Aunque aún no se confirma la asistencia de los nietos, es posible que también se sumen a este encuentro familiar que ya tuvo lugar en la misa en la capital griega.
Ahora bien, a pesar de que los compromisos públicos en el extranjero son oportunidades para que Juan Carlos I se reúna con su familia, en privado ha habido más encuentros entre el rey Felipe VI y Juan Carlos I. Recientemente, el rey emérito disfrutó de una fiesta privada en el palacio de El Pardo por el cumpleaños de la princesa Leonor. Un mes después, los reyes actuales se unieron a la comida organizada por la infanta Elena en un restaurante de Chamartín, Madrid, para celebrar su 60º cumpleaños, evento al que también asistió el ex monarca. Para el emérito estos encuentros familiares son un bálsamo para el alma, una oportunidad de conectar con aquellos que son su mayor apoyo y consuelo en momentos de soledad y fragilidad.