La relación de Iñaki Urdangarin con el resto de familiares de Casa Real está completamente rota. El pasado fin de semana el exduque acudió a la graduación de Irene Urdangarin y la celebración de su mayoría de edad, pero no se vinculó con ningún Borbón, ni a los más grandes ni a los más pequeños. Tan solo mantuvo el contacto con sus cuatro hijos y con su madre, Claire. El exduque de Palma ha cerrado una etapa de su vida de más de dos décadas. Se ha enamorado de otra mujer y ahora aprovecha este divorcio para vengarse del emérito por no salvarle de la cárcel.

Iñaki Urdangarin tiene claro que fue Juan Carlos quien le metió en la cárcel de forma indirecta. El emérito sabía de primera mano todo lo que sucedía en el entramado del caso Nóos, era participante de forma activa, pero gozaba de la inviolabilidad. Salvó a la infanta Cristina para que la imagen de la corona no se fuese a pique, pero no hizo lo mismo con su yerno. Urdangarin fue un simple peón. Pagó con su ingreso a prisión para demostrar que la justicia es igual para todos. Consiguió destensar el clima, pero provocó una nueva guerra familiar.

Clarie con Cristina e Iñaki

Entre rejas, Iñaki escribió unas memorias con episodios de la familia real que no gustaría que viesen la luz pública. Después de veinte años de relación sabe demasiadas cosas y está dispuesto a usarlas a su favor. Por ello pide 25.000 euros mensuales, 2 millones de euros en concepto de indemnización, varias propiedades de la costa francesa a su nombre, mantener los escoltas y financiar los viajes relacionados con sus hijos. La infanta Cristina no quiere ceder a tal chantaje ni humillación pública tras la infidelidad, pero Juan Carlos sabe que no queda otro remedio.

El padre de Iñaki no podía ver a Juan Carlos 

El exduque no solo ha roto relaciones con la familia de su todavía mujer, sino que desde que entró en prisión, la familia de Iñaki no puede ni ver a Juan Carlos. Para ellos es el culpable de todos los males de la familia.

Clarie Liebaert efe

Juan Mari Urdangarin nunca tuvo una buena relación con Juan Carlos. El padre del exduque murió un par de años antes de que viese a su hijo sentado en un banquillo e ingresando en la cárcel. “No se habrían atrevido a lo que han hecho con Txiqui (ese es su apodo familiar) si mi marido estuviera vivo”, dijo Claire.

Cuando la infanta se casó con Iñaki, Juan Carlos regaló un coche de alta gama al padre del entonces duque, sin embargo éste vio que gastaba mucho dinero y las reparaciones eran excesivas, así que decidió venderlo y sanear sus cuentas. Cuando el emérito se enteró, se enfadó mucho con él. “Hasta los gatos quieren zapatos”, dijo el emérito.