Ahora que están a punto de cumplirse cuatro años desde que Juan Carlos I puso rumbo a Abu Dabi para fijar en los Emiratos Árabes Unidos su residencia lejos de Madrid, no son pocos los que aseguran que, si bien es cierto que en su momento fue una medida hasta cierto punto polémica y que evidentemente no entraba en los planes del emérito, ha servido para calmar las movidas aguas que estaban poniendo a la Zarzuela en una posición realmente complicada.

Y es que no es que sea precisamente ningún secreto que durante mucho tiempo las continuas y constantes polémicas y noticias muy negativas respecto a la figura del emérito que aparecían a diario en los medios de comunicación afectaron gravemente a la imagen de la corona en nuestro país, poniendo en dificultades a la actual familia real formada por Felipe, Letizia y sus hijas.

Es más, fue precisamente toda la oleada de noticias negativas la que provocó que fuera el propio Felipe junto a su entorno el que le dejara muy claro a su padre que lo mejor que podía hacer era abandonar España para no manchar aún más la imagen de una institución que siempre había contado con el visto bueno de la inmensa mayoría de su pueblo.

La Casa Real sigue marcando de cerca al emérito

Eso sí, cabe tener en cuenta que, si bien es cierto que durante los primeros meses en los que Juan Carlos I vivió en Abu Dabi no tenía permiso para regresar a nuestro país ni tan siquiera para visitas puntuales, desde la casa real se han ido relajando en este sentido, hasta tal punto que han sido ya muchas las veces que el emérito ha podido disfrutar de la compañía de sus amigos en tierras gallegas, donde suele acudir cada vez que regresa nuestro país.

Juan Carlos con amigos efe

Pero que el emérito tenga una mayor libertad no significa que no haya una serie de directrices muy marcadas desde la Zarzuela que el padre de Felipe VI está más que obligado a cumplir.

Una de ellas es que, por ejemplo, actualmente tiene prohibido pisar nuestro país mientras los actuales reyes se encuentran de vacaciones en Palma de Mallorca, así como tiene prohibido también acudir a cualquier acto de los Juegos Olímpicos de París, entre otras cosas porque desde la institución quieren seguir desvinculando su imagen a la de la corona española, y más teniendo en cuenta que precisamente Leonor y Sofía, las dos grandes armas de la institución del presente y del futuro, han optado por apoyar a varios deportistas españoles en estos juegos.