Juan Carlos I está muy cansado de ninguneos. Desde que se le obligó a abdicar, algo que él no deseó, ha sufrido una humillación tras otra. Felipe VI y Letizia creyeron conveniente que era momento de dar un salto en la corona tras las fechorías del exmonarca y la mala imagen que estaba creando de la corona. Si no actuaban con rapidez, la monarquía española podría haber terminado, algo que el marido de la reina Sofía todavía no entiende.
Con resignación, Juan Carlos se apartó de la corona. Ya no formó más parte de la institución, como tampoco el resto de los Borbones, a excepción de la reina Sofía que se mantuvo como emérita. Perdieron sus funciones institucionales y el sueldo que percibían por parte de los Presupuestos Generales del Estado. Pero la gran humillación del emérito llegó unos años más tarde, tras su juicio con Corinna Larsen. Los reyes le exiliaron, el mayor desprecio para un rey. Tuvo que marcharse en agosto de 2020 a los Emiratos Árabes, donde el exmonarca tiene grandes relaciones. Allí vive desde hace cuatro años, aunque en este último año ha viajado a España y a otras partes de Europa en numerosas ocasiones.
Juan Carlos, obligado a marcharse de España por Leonor
Felipe VI ha querido que los movimientos de su padre no generen ninguna expectación, y lo ha conseguido. Viaja tanto a Sanxenxo en estos últimos meses que ya no es noticia. Además, como se le pidió, lo hace con total discreción. Hace unas semanas estuvo en Galicia, pero con motivo de la celebración del X aniversario de su hijo como rey de España se le obligó a marcharse. Siempre que hay algún acto importante debe irse de España. Otra humillación. No lo entiende pero lo acepta, no le queda más remedio porque lo que nunca querría es perjudicar el reinado de su hijo, y mucho menos el futuro de Leonor, aunque su relación con Letizia sea nefasta.
Esta semana es muy importante para Leonor. La princesa termina su formación con el ejército de tierra y recibe recibirá la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco. Unas condecoraciones que aparecerán en su traje militar las próximas veces que lo luzca. Ella misma la recogerá delante de los nuevos tenientes del Ejército y de la Guardia Civil que acaban los cinco cursos y así concluyen su formación. Se la nombrará dama alférez cadete.
Juan Carlos recuerda el momento en que vivió la misma situación con Felipe VI. Le hubiese gustado estar presente en el acto, pero lógicamente está vetado. Ni tan siquiera se le deja quedarse en España porque los reyes tienen miedo a sus movimientos. Además, no quieren que nadie opaque este momento tan importante.