Juan Carlos I se pasea ya por España como Pedro por su casa. Ni siquiera tiene que avisar al rey Felipe VI de que viaja a territorio español. En este 2023, ha reaparecido hasta en cuatro ocasiones. En tres de ellas se instaló en Sanxeno y disfrutó de algunas regatas. La cuarta ha sido esta semana para acudir al cumpleaños de la princesa Leonor.
En sus últimas apariciones, Juan Carlos ha preocupado por su estado físico. A pesar de lucir un rostro muy cuidado, pues dicen que se hace tratamientos estéticos cada dos por tres, su movilidad ha sido limitada. Ya no se pasea sin la ayuda de sus escoltas, su bastón o su silla de ruedas.
La edad empieza a hacer estragos en Juan Carlos I
Juan Carlos I cuenta con un fisioterapeuta y un entrenador personal para frenar el deterioro de su movilidad. Pero el tiempo no pasa en balde para nadie. Y tampoco para Juan Carlos. Y los 85 años que tiene se notan.
Aunque su deterioro no se limita a la movilidad. Aunque no lo quiera aceptar, su entorno está un poco preocupado por sus lagunas de memoria. No estamos hablando de Alzheimer, pero sí de algunos síntomas de demencia propios de la edad. Sufre la enfermedad del olvido. El estado de la enfermedad no es avanzado, pero no se puede frenar. El avance es inevitable. Y en Zarzuela temen que la edad empiece a causar estragos en los razonamientos del ex monarca. De hecho, ya se produjo un episodio extraño en la visita que Juan Carlos hizo a España entre finales de septiembre y principios de octubre.
En aquella ocasión, el emérito estaba en Sanxenxo y Felipe en el Foro La Toja Vínculo Atlántico. EN otras palabras, estaban a 15 km el uno del otro. Y aprovechando la ocasión, Juan Carlos propuso un encuentro a Felipe. Lo llamó hasta dos veces. El rey, sin embargo, se negó, justificando que era un ‘viaje express’ y que tenía que volver a Madrid.
Preocupación con la enfermedad del olvido de Juan Carlos I
Pero a Juan Carlos no le convenció la respuesta. Se fue a O Grove, un lugar que quedaba de camino a La Toja, donde estaba Felipe, y que se situaba en la ruta que seguiría su hijo para volver a Madrid. Tenía la esperanza de cruzarse en el camino del Jefe de Estado. En otras palabras, estuvo persiguiendo a Felipe por las carreteras de Galicia. Al final ni hubo encuentro ni cena, pero el episodio no pasó desapercibido en la Zarzuela.
Quien sí se encuentra lidiando con el Alzheimer es Irene de Grecia, tal y como reveló la revista Lecturas. La tía ‘pecu’, tal y como la llaman en su círculo cercano, cuenta siempre con la compañía de su hermana, la reina emérita Sofía. Incluso la reina Letizia, siempre muy solidarizada con las personas con problemas mentales, está pendiente de ella.