La infanta Cristina pondrá punto y final la próxima semana a su divorcio. Iñaki Urdangarin ha aceptado la invitación de la hija de Juan Carlos para asistir a la graduación de Irene Urdangarin y la celebración por su mayoría de edad. Su madre ha querido reunir a toda la familia. El exduque vendrá acompañado de su madre, Clarie. Tampoco faltarán los eméritos. Ni la infanta Elena y Victoria Federica, y por supuesto los hermanos de la protagonista, Juan, Miguel y Pablo. La única gran ausencia, pero esperada, será la de Felipe y Letizia y sus hijas.
Sin duda será una reunión familiar tensa porque entre la mayoría de protagonistas las relaciones están totalmente rotas. Iñaki Urdangarin mantiene una relación con otra mujer y fue infiel a Cristina. Se sentará por última vez con sus todavía suegros. Juan Carlos se quedará unos días más para ayudar a la infanta con el arduo divorcio. El emérito es quien ha recomendado a su hija que firme el divorcio y acepte todas las peticiones del exjugador de balonmano, es mejor mantenerlo callado.
Iñaki Urdangarin ha formado parte de la familia durante más de dos décadas y sabe demasiadas cosas. De hecho, Juan Carlos I era conocedor de toda la trama Noós desde el primer minuto, pero el entonces rey gozaba en aquel momento de la ley de inviolabilidad, no podía ser juzgado por ningún delito. Quien se tuvo que sentar en el banquillo es la infanta Cristina para demostrar su inocencia. La hermana de Felipe declaró que no le constaba y no se acordaba de nada. Detrás de esas declaraciones se encontraba el emérito que ejerció su poder para que su hija no terminase entre rejas, sería una humillación internacional a la corona y su gran final. Si hubiese podido, Iñaki tampoco hubiese entrado en prisión, pero alguien debía pagar los errores del exmonarca. La ciudadanía estaba revuelta y justificaban la corona, por ello había que demostrarles que la justicia es igual para todos.
Juan Carlos pide a la infanta Cristina que acepte todas las peticiones de Iñaki Urdangarin por su silencio
Juan Carlos I tuvo que invertir millones de euros y negociar con personas poderosas para salvar a la infanta Cristina de su mayor castigo, y de esta forma proteger la corona. Por este motivo, ahora el emérito aceptará todas las peticiones de Iñaki. Él sabe que tiene la sartén por el mango y no le queda más remedio que obedecer.
Iñaki Urdangarin pide una pensión de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros, varias propiedades de la costa francesa a su nombre, mantener los escoltas y financiarle la mayoría de sus viajes, especialmente si están relacionados con sus hijos. Juan Carlos ya le ha comunicado a la infanta Cristina que él se encargará de todos los gastos, ella solo tiene que firmar. Sin embargo, su hija no quiere ponérselo fácil, pide una cláusula en la que si el exduque se casa con Ainhoa Armentia perdería todos estos privilegios.