Juan Carlos I sabe que ya no es un niño, y aunque no tiene graves problemas de salud, a sus 85 años entra en su última etapa. Aunque por ahora no es su intención, el emérito quiere que no se le prohíba en ningún momento regresar a España porque no pesa ningún cargo sobre él. Hace unas semanas aterrizó en Sanxenxo para participar en las regatas. Esta es la tercera vez que el exmonarca viaja a su país en lo que va de año. En los Emiratos Árabes se encuentra rodeada de personas que le ayudan en todo y no tiene ninguna necesidad de estar en Madrid, además el régimen fiscal de Abu Dabi beneficia a su fortuna de 2.000 millones de euros que heredarán las infantas Elena y Cristina porque Felipe renunció a ella cuando su padre se vio salpicado por varias polémicas.
En su segunda visita, Juan Carlos I se dejó ver por Galicia, pero también por Cataluña. En ambas comunidades autónomas deseaba vender varias propiedades para facilitar la herencia a sus hijas cuando éste ya no esté. Se encuentra en un proceso de poner en orden sus pertenencias y documentos, tiene como "prioridad" desprenderse de una serie de bienes inmuebles para dejar "todo cerrado" de cara a su “herencia”.
Estas propiedades estarían en Cataluña y en Galicia. "Quiere deshacerse de lo que tiene allí a su nombre, o a nombre de sus amigos. Está en esa fase. Pero quiere venir. Y, si viene, todos nos vamos a enterar”.
Según estas mismas fuentes, algunos papeles ya los arregló con sus hijas. Tal vez aprovechó los viajes a París y Ginebra para ello. Nicolás Murga, excoronel del Ejército del Aire y antiguo asistente personal, su fiel amigo, es quien le está ayudando con todos estos movimientos desde la distancia. Él se encarga de hacer todas las transacciones a nombre del exmonarca.
Juan Carlos pasará sus últimos años en España
A día de hoy se desconoce cuando volverá el exmonarca a España para quedarse. De momento, no debe pasar más de 186 días en su país si no quiere estar en el foco de la Hacienda Pública. Lógicamente, su intención es volver a largo plazo porque no quiere morir fuera, completamente solo. Sería una deshonra tanto para su historia como rey, como para Felipe dejarlo morir a miles de kilómetros y un problema traerlo a España.
En más de una ocasión se habló del traslado de Juan Carlos a España, pero ya se ha acostumbrado a Abu Dabi y Letizia no está muy por la labor de dejarle volver. Felipe quiere tenerlo cerca, aunque sabe que Zarzuela es misión imposible. Uno de los lugares elegidos para sus últimos años podría ser Sanxenxo, podría comprarse una casa en algún lugar que le otorgue privacidad e intimidad. La infanta Elena también se ofreció a acogerle en su reformada casa.