David Fernández y José María Olmo han puesto en jaque a la Casa Real con Juan Carlos I. Ahora que no pesa ningún cargo sobre él y ya podía moverse con total libertad, aunque siempre con discreción, los periodistas le ponen en el foco mediático con su último libro, ‘King Corp’. Esta última semana ha tenido una gran promoción a raíz de destapar la existencia de una presunta cuarta hija ilegítima del exmonarca. Tal ha sido la polvareda, que tanto el emérito como Alejandra de Rojas, la persona que presuntamente podría ser su hija, han desmentido todas esas afirmaciones.

Los periodistas hablan de muchos episodios turbulentos en la vida de Juan Carlos, como cuando su fiel amigo le estafó 20 millones de euros. Ahora acusan al exmonarca de la desaparición de tres cuadros del Palacio Real. Hace más de treinta años que no se sabe absolutamente nada de dos Velázquez y una obra de Carreño. David Fernández y José María Olmo apuntan al marido de Sofía como principal sospechoso. Estos cuadros desaparecieron en agosto de 1989, se encontraban en una zona del Palacio Real cerrada al público, así que solo pudo ser alguien de dentro.

palacio real
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El diario ABC recogió las declaraciones del entonces responsable del Patrimonio Nacional tras el robo. "En el Palacio, todo el mundo desconfía. No ha saltado ninguna alarma y el sistema de detección no ha registrado nada". Los ladrones, dice Le Figaro, se movieron por palacio "como si estuvieran en su casa”.

El valor de estas obras de arte es casi incalculable. Se habló de más de 1,6 millones de euros. Se trataba de “Retrato de una dama” y “La mano del arzobispo Fernando Valdés” de Velázquez, y el Busto de una dama de la época de Carlos II, obra de Juan Carreño Miranda. Estás obras son muy famosas, así que es prácticamente imposible que hayan sido revendidas en el mercado negro.

Retrato de una dama Velázquez
Retrato de una dama Velázquez

Las obras de arte podrían estar en casa de alguna amante de Juan Carlos 

Desde entonces la policía lleva a cabo una investigación sin una conclusión. Sin embargo, los periodistas de este libro podrían arrojar algo de luz a este robo. Tal y como recoge ‘King Corp’, Sabino Fernández Campo, mano derecha del rey, vio esos dos cuadros en casa de la entonces amante del monarca. La amante no negó los hechos.

Juan Carlos I hacía generosos regalos a sus amantes por su silencio, tal y como afirman David Fernández y José María Olmo en su último y polémico libro. El emérito era un aficionado a los relojes, siempre le regalaban alguno para pedirle favores. Si no eran de su agrado, los vendía en su joyería de confianza y los convertía en dinero, mucho más provechoso. Con ese dinero compraba regalos a sus amantes. A Corinna Larsen le regaló unas esmeraldas colombianas por el valor de 250.000 euros. ¿Quién tendrá esos cuadros en su poder? Permanecen escondidos en alguna casa. Solo Juan Carlos sabría exactamente dónde se encuentran.