La espera continúa y la firma de los documentos de divorcio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina sigue siendo esquiva. A pesar de las expectativas de que la firma se estamparía el 5 de junio, fecha en que su hija Irene alcanzó la mayoría de edad, este paso crucial aún no ha tenido lugar. La impaciencia de Iñaki es palpable. Quiere acabar con el asunto cuanto antes. Desea desvincularse al máximo de la familia real, a la que le guarda un gran rencor.
Las sombras del pasado persiguen a Urdangarin, quien no ha olvidado su tiempo en prisión por su participación en la trama Nóos. Sus acusaciones se centran en Juan Carlos I, a quien culpa por su caída y por no haber intervenido para salvarlo. Según la percepción de Urdangarin, el ex monarca estaba al tanto de todo, pero no quiso evitar su caída ante la necesidad de preservar la imagen de la corona. En el intento por demostrar que la justicia era igual para todos, Juan Carlos I tomó la decisión de proteger a su hija, dejando vendido a Urdangarin.
Iñaki Urdangarin quiere venganza con la casa real
La venganza parece ser el motor detrás de los actos de Iñaki Urdangarin, quien busca sacar provecho de su situación. Exige cuantiosas sumas de dinero a cambio de su silencio tras el divorcio. Amenaza con revelar secretos que conoce sobre varios miembros de la familia real, especialmente sobre el emérito Juan Carlos y Felipe, así como sobre las conexiones poderosas de este último. Solicita dos millones de euros y una pensión vitalicia de 25.000 euros como condición para mantener sus secretos bajo llave. A pesar de ello, la infanta Cristina no cede ante sus chantajes, ya que considera que disfruta de un sueldo que le brinda seguridad financiera hasta el final de sus días. La traición de Iñaki tras la infidelidad no pasa desapercibida para ella, y no está dispuesta a tolerar más humillaciones.
Por otro lado, Juan Carlos I prefiere evitar problemas. Consciente de que Iñaki Urdangarin conoce información comprometedora que podría ser perjudicial para la corona, el exmonarca ha decidido asumir todos los gastos involucrados en esta difícil situación. Sin embargo, las tensiones se extienden también a la siguiente generación.
Juan Urdangarin, como Leonor y Sofía, no quiere saber nada de Juan Carlos
Mientras Irene y Miguel han optado por respaldar a su madre en esta separación, Pablo se ha convertido en intermediario entre ambas partes. Pero, Juan, el hijo mayor, brinda su pleno apoyo a su padre. Consciente de los problemas judiciales y del encarcelamiento de Iñaki, Juan está decidido a buscar justicia. E insiste a su madre para que acepte las condiciones de Iñaki. Según su perspectiva, Urdangarin pagó con prisión por proteger a la corona y a Juan Carlos, y considera al abuelo como el responsable de todos los problemas de su padre. Y cree que su padre merece una compensación.
No solo eso. Juan se ha posicionado con la princesa Leonor y la infanta Sofía en eso de no ir a verlo a Abu Dabi. Las hijas del rey Felipe y la reina Letizia son las únicas nietas que no han ido a los Emiratos Árabes y Juan se ha unido a ellas en lo de no participar en encuentros en los Emiratos Árabes.