500 invitados y una multitud de guardaespaldas están citados este sábado a la boda del año: la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con la joven aristócrata Teresa Urquijo. La relación familiar de la novia con los Borbones ha provocado un auténtico terremoto con la lista de invitados: se han apuntado prácticamente todos los royals: Juan Carlos, Sofía, Elena, Cristina, Victoria Federica, Froilán... El morbo está asegurado. La felicidad de Almeida, fanático incorregible de la monarquía, es indiscutible. Ahora, que tiene un marrón entre manos, también es cierto.

La comitiva royal en el bodorrio se mezclará con otros miembros de la aristocracia, pero también con figuras / momias de la derecha extrema española. José María Aznar, por ejemplo. También asistirá Isabel Díaz Ayuso, a ver si con su polémico noviete o no; el presidente andaluz Juan Manuel Moreno e incluso Alberto Núñez Feijóo, aunque el gallego solo irá a la iglesia: por la noche se marchará a Sevilla, como Felipe y la infanta Sofía, para presenciar desde el palco la final de Copa del Rey entre el Athletic Club de Bilbao y el Real Mallorca. Además, irán empresarios, VIPS madrileños de rancio abolengo... un auténtico rompecabezas a la hora de confeccionar la ubicación de cada invitado. Y el más espinoso de todos ellos es la gran estrella, el emérito autoexiliado. Ya no es rey, pero lo volverá a ser durante la boda. Pero claro, ¿dónde lo pones? Un dolor de cabeza.

Aznar, Feijóo, Ayuso, Rajoy, Almeida / Europa Press

El programa 'Espejo Público' ha intentado descifrar este enigma del ámbito del protocolo. "Sería descortesía que el Rey Juan Carlos se sentara detrás de cualquier autoridad del Estado" durante la ceremonia religiosa, ha apuntado un experto en la materia en Antena 3. Es decir, que no irá detrás de Ayuso ni de Moreno Bonilla, tampoco del expresidente de la Guerra de Irak y del 11-M es ETA. Que nadie le haga sombra, vaya. Ahora, una vez trasladados a la finca familiar de la novia (la auténtica millonaria de la pareja, por mucho que Almeida sea el alcalde mejor pagado del Estado español), la cosa ya es más complicada. La consigna es mezclar a los invitados de una parte y la de la otra en el convite. ¿Con quién sientas a Juan Carlos? ¿Haces una mesa exclusivamente royal? ¿O te arriesgas un poco? Ah, misterio.

José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo / GTRES

Dice el especialista consultado por la Griso que, como norma general, "el Palacio de la Zarzuela no impone su criterio en estos casos, todo es más fácil de lo que se puede pensar, todo es fluido". Bien, la única que realmente forma parte de Zarzuela actualmente es la reina emérita Sofía, el resto son (o eran, hasta el estallido Jaime del Burgo) auténticos proscritos. Saber dónde colocarán a la griega, que no soporta a su marido imaginario, también tiene su jugo: todo lo que no sea acompañándolo sería una bomba. Y como, con toda probabilidad, no tendremos imágenes del interior de la celebración, soñar está más justificado que nunca. Queremos tomate. Queremos lío. Un final de fiesta a la altura del evento. Juan Carlos, una medalla que pesa mucho. Acabará siendo insoportable, ya verán.

Juan Carlos con Sofía en una boda / GTRES