Juan Carlos I pasa cada vez más tiempo en España. Sus visitas son más frecuentes y prolongadas. Esa era la intención de Felipe VI, que poco a poco la presencia de su padre no molestase y pasase totalmente desapercibida, aunque sin él quererlo siempre acaba en el foco mediático por un tema u otro. El emérito lleva cuatro años en el exilio, el monarca quiso apartarle por sus polémicas, para preservar su reinado y garantizar el futuro de Leonor en la corona. Sin embargo, ahora que han pasado cuatro años y su edad es más avanzada, su hijo querría tenerle en España o más cerca. Sabe que nunca podrá quedarse en Zarzuela, pero no puede morirse a miles de kilómetros. Como dijo en su momento Jaime Peñafiel, “sería una deshonra si Juan Carlos fallece fuera de España, no beneficiaría a Felipe VI ni a la corona”.
Felipe VI quiere que su padre muera en España. De hecho, sabe que está cada vez más delicado y quiere pasar estos últimos años a su lado, a pesar de todos los problemas que haya ocasionado, es su padre. Las infantas Elena y Cristina, que pasan más tiempo con él y conocen más de primera mano su estado de salud, también hacen hincapié para que el monarca tome rápido una decisión.
Juan Carlos I preocupa seriamente a sus hijos. Siempre que viaja a España aterriza primero en Vitoria para reunirse con su médico de confianza y someterse a un tratamiento revolucionario basado en la medicina regenerativa. Se trata de las células madre y las plaquetas en sangre. Con ella mejora considerablemente su movilidad, aunque es algo temporal. Normalmente lo hace antes de una cita pública para que nadie le vea en silla de ruedas. Pero los médicos ya le han dicho que su final está en la silla.
Juan Carlos I tiene graves problemas de movilidad, la medicina regenerativa ya no surte efecto
Pero no es el único hospital que visita. También viaja a Ginebra para recibir otro tratamiento. Su movilidad es el principal problema. Desde que le operaron de la cadera en 2012 ya no ha mejorado nunca más, se ha sometido a muchas operaciones sin éxito. Además, tiene problemas en su rodilla y sufre de artrosis.
Debido a estos problemas de salud y movilidad que tiene, que le afectan sobre todo a su pierna izquierda, el rey Juan Carlos I está recibiendo un tratamiento con un prestigioso médico del Hôpital de La Tour, un hospital situado en Ginebra, especializado en medicina deportiva, con el que hace programas personalizados para mejorar este problema de salud, tal y como desveló la revista ‘Hola’ y recogió ‘VozPopuli’.
Pero no son los únicos problemas, aunque a día de hoy es el más grave. Juan Carlos ha presentado más fallos típicos de la edad, como por ejemplo algunos pequeños despistes, demencia senil. Algo que muchos ancianos sufren cuando se acercan a los noventa.