Felipe, Cristina y Elena están muy preocupados por el estado de salud de Juan Carlos. Aunque intenta hacerse el fuerte saben que realmente no es así. El emérito tiene una edad avanzada y acarrea varios problemas de salud. Principalmente sus problemas de movilidad. Desde su polémica caída en Botswana, se le ha operado numerosas veces sin mucho éxito. Sus médicos de confianza ya le han confirmado que su destino es una silla de ruedas, algo que rechaza totalmente. Solo la usa cuando sabe que no le ve nadie. Sin embargo, en alguna ocasión los medios de comunicación han conseguido burlar la seguridad y sacar una fotografía del exmonarca en silla, como en la misa de Semana Santa en Abu Dabi junto a la infanta Elena. En Vitoria se somete a revolucionarios tratamientos de plaquetas y células madre para retrasar este momento.
Sin embargo, sus problemas de movilidad no son los únicos. Juan Carlos también ha presentado algunos signos propios de su edad. Los médicos le han detectado demencia senil, una enfermedad degenerativa que avanza poco a poco pero no tiene cura, solo se puede intentar retrasarla lo máximo posible.
Felipe está pensando seriamente si traer a Juan Carlos a España definitivamente, aunque lógicamente no sería en Zarzuela. Se habla de una casa en Sanxenxo, o incluso de un palacete a 4 kilómetros del palacio, tal y como informó El Nacional y recogió ‘Monarquía Confidencial’.
Los médicos prohíben a Juan Carlos beber vino y fumar puros
Pero Juan Carlos es un hombre muy tozudo, siempre ha hecho lo que ha querido y no le gusta que le den órdenes, ni tan siquiera los médicos, aunque sea por su salud. Felipe, Elena y Cristina ya han hablado numerosas veces con él y es imposible. Los profesionales de la salud le han prohibido fumar y el alcohol. Pero sigue en sus trece. Le ha costado más de una pelea con sus hijos. Aunque en alguna ocasión bebe alguna copa o se fuma un puro de estraperlo, siempre que se le ha visto en algún acto mediático, Juan Carlos pide agua para beber. Se ha desenganchado después de 45 años de consumo ininterrumpido. Antes en sus almuerzos o cenas con amigos no faltaban las botellas de vino de las más caras, en Zarzuela tenía una colección valorada en millones de euros. Regalos que le hacían sus amigos, como las cajas de puros que se fumaba en pocos días.