A los 87 años, la vida personal de Juan Carlos I sigue siendo objeto de asombro y especulación, especialmente en lo que respecta a su fama de mujeriego. Durante gran parte de su vida, fue conocido por su infatigable apetito sexual y su necesidad de estar rodeado de mujeres, lo que lo convirtió en un personaje controversial dentro y fuera de España. A pesar de su edad avanzada, este ímpetu por el amor parece no haberse apagado, y algunos aseguran que ha recurrido a métodos poco convencionales para mantener su potencia sexual.
Con los años, el rendimiento de Juan Carlos I no ha sido el mismo, y sus problemas de movilidad han sido bien conocidos. No obstante, este deterioro físico no ha impedido que siga disfrutando de su vida amorosa, ya que, según fuentes cercanas, el exmonarca se somete a tratamientos médicos para mantener su vitalidad. A través de diversos medicamentos, entre los cuales destaca la testosterona, ha logrado continuar con sus relaciones sexuales, desafiando los efectos de la edad. Estos tratamientos, aunque desconocidos en su totalidad, están diseñados para aumentar la energía y el rendimiento sexual, permitiéndole seguir en su rol de amante activo.
La testosterona, la fiel aliada de Juan Carlos I para seguir rindiendo en la cama
La testosterona es una hormona que, en los hombres, tiene un papel clave en la vitalidad sexual, y su uso para mejorar el rendimiento en la cama es común entre aquellos que desean revertir los efectos de la edad avanzada. La periodista Pilar Eyre ha señalado en sus intervenciones que Juan Carlos I no ha dudado en someterse a tratamientos de testosterona para mantener su ritmo y satisfacer sus necesidades. La experta en Casa Real ha explicado que este tipo de tratamiento le ha permitido seguir con su estilo de vida tan característico, enfrentando la vejez con la misma energía con la que lo hacía en su juventud.
Aunque el exceso de testosterona y otros tratamientos pueden tener efectos secundarios, Juan Carlos parece dispuesto a pagar el precio para preservar su imagen de hombre vigoroso. En su caso, mantener esta reputación parece ser tan importante como cualquier otra faceta de su vida. Los medicamentos se convierten en una herramienta para prolongar su estilo de vida, adaptándose a las exigencias de su cuerpo envejecido.