La basura se está acumulando bajo las alfombras de Zarzuela. Pero rebasa tanto que ya no se puede esconder. ¿El último dolor de cabeza de Juan Carlos? La investigación por parte de la fiscalía del Supremo sobre las tarjetas black que habría utilizado el emérito, Sofía y algunos nietos para pagar algunos gastos como los viajes. Uno de los nombres clave en esta trama es el de Allen de Jesús Sanginés-Krause, un amigo millonario mexicano del monarca, que algunos sitúan en el origen de una parte del dinero con los que el emérito sufragó presuntamente muchos de sus gastos durante los ejercicios fiscales del 2016, 2017 y 2018.
Sanginés-Krause, de 61 años, es íntimo del Borbón. Apasionado por los caballos y el arte, experto en antigüedades, tiene casas por todas partes. Y no es la primera vez que aparece en unos papeles comprometidos. También salía en el año 2017 en la documentación relativa a las inversiones en paraísos fiscales. Su amistad viene de lejos. Sin ir más lejos, el multimillonario mexicano vive en Londres con su familia, pero tiene, entre otras posesiones prohibitivas, un castillo en Irlanda, el castillo de Killua, que el emérito ha visitado más de una vez. Un castillo que hace tres años acogió a Juan Carlos, invitado por su compi a la inauguración de un espacio de arte en la iglesia de San Juan Bautista que quiso reformar y que se encuentra muy cerca. El campechano no fue solo. Lo acompañó su amigui especial, Marta Gayá.
Juan Carlos y la empresaria mallorquina fueron grabados juntos, cosa que provocó gran polémica en su día. Este es el vídeo:
No es el único vínculo entre el millonario y Juan Carlos. También conoció a otra amiga entrañable del rey, ahora enemiga pública número 1, Corinna, con quien ha coincidido en diferentes fiestas. De hecho, en el libro El rey ante el espejo, se escribe que Sanginés-Krause "fue uno de los primeros que alertó a Juan Carlos I sobre el peligro que suponía Corinna en su vida". Por lo visto, no le hizo el suficiente caso.