Probablemente, una de las familias españolas que recibe más y más diferentes motes, apodos y menciones peculiares, sean los Borbones. Lo cual los hace todavía ser más ridículos, ya que todos ellos se creen por encima del bien y del mal, como si hubieran venido a este mundo a salvar España y donde toda la ciudadanía tiene que ir agachando la cabeza a su paso. La pompa y circunstancia que los rodea hace que sean sensacionales los nombres como mucha gente los conoce, ridiculizándolos y bajándoles los humos. Insuperable es el preparao para hablar del rey Felipe, un mote humillante y muy adecuado, con todo el sarcasmo del mundo. El emérito tampoco se salva, aunque la que tiene más opciones diferentes a la hora de hablar de ella es la reina Letizia. Y no siempre por parte de la gente. A menudo, las etiquetas y los sobrenombres ofensivos vienen de dentro mismo de Zarzuela. Como recogía Lecturas hace poco, "Juan Carlos a su nuera incluso se refería a ella con un mote nada amigable. El emérito supuestamente llamaba a Letizia 'the enemy within', algo así como 'el caballo de Troya'"... El enemigo en casa.

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Letizia y Juan Carlos GTRES

Hay muchos más. Cuando trabajaba en TVE. Algunos de sus compañeros la llamaban "Letizia, la ficticia" porque la consideraban una persona muy falsa. O Letizia, que se refería en su tiempo de Televisión Española al Príncipe Felipe como "Felipito". Sería sensacional saber cómo habla Letizia de su suegro, a quien detesta. La relación entre Juan Carlos y su nuera es mucho menos que cordial. No se soportan y no se esconden. Probablemente, en la cama, y en un mal día que la tenga fastidiada, Letizia debe referirse a su suegro, con Felipe al lado, con unos términos muy ofensivos. Hablando del emérito, ahora hemos sabido cómo lo conocen algunas de las personas que trabajan codo con codo con él.

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Juan Carlos, nariz nueva, en Vigo / GTRES
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Juan Carlos, nariz nueva, en Vigo / GTRES

Juan Carlos vuelve a estar en España, quinta visita que hace en lo que llevamosde año, demostrando que le lame un pie lo que le diga su hijo Felipe de que se esté quietecito en Abu Dhabi sin tocar las narices. El emérito insiste en que él es un santo, que no ha hecho nada, y no para de venir con sus amiguitos de Sanxenxo a ponerse como el quico de marisco, a salir a navegar y a hacer como si nada. Jeta que se nos mea en la boca de todos nosotros. Como decíamos, acaba de aterrizar en el aeropuerto de Vigo para una nueva estancia y asistir a la regata del próximo fin de semana en Sanxenxo. Vuelo privado y recogida en coche donde, por cierto, vimos que tiene tocha nueva, que se ha retocado la napia, tal como explica Pilar Eyre.

Por mucho que le haya cambiado el perfil del rostro, sigue pareciendo un yayo con dificultades para caminar y cara de jeta. Ahora, Monarquía Confidencial ha revelado cómo se refieren a él los escoltas que siempre lo acompañan, el servicio de seguridad que vela por su integridad. Un grupo de diez Guardia Civiles que están en diferentes hoteles próximos a la casa de su amigo Pedro Campos, donde se encuentra. Según el citado medio, "algunos, incluso, se dirigen a él de manera cariñosa como ‘el abuelo’... 'Ya viene el abuelo, otra vez', suelen decir. Lo hablan entre ellos, en petit comité. Es una forma cariñosa que tienen de nombrarle”. Cariñoso, dicen ellos... Muy faltón, más bien. No solo por eso del abuelo, sino también por eso de ya viene otra vez, como si fuera un resfriado recurrente. Como si fuera Paco Martínez Soria en El abuelo tiene un plan... seguir cachondeándose de todo el mundo. Un mote que ellos dirán que es cariñoso, pero que en Zarzuela no hace nada de gracia.