Juan Carlos I está viviendo uno de los peores años de su vida. El exmonarca es consciente de su declive. Sufrió el fin de su reinado por la puerta de atrás, pero ahora ve como alguien tan poderoso como él envejece como el resto de mortales. Aunque no le tiene miedo a la muerte sabe que su final está cada vez más cerca. El emérito viaja con regularidad a España y en cada una de sus apariciones se le puede ver más deteriorada, con un aspecto más envejecido que de costumbre y con peor movilidad.
El principal problema de Juan Carlos I en los últimos años siempre ha sido la movilidad. Desde que sufrió una caída en Botswana con la que se rompió la cadera y se descubrió su relación con Corinna Larsen, no ha vuelto a levantar cabeza. Ha sido intervenido de urgencia en varias ocasiones, y ahora mismo se somete a tratamientos de medicina regenerativa para evitar lo inevitable. El marido de la reina Sofía no quiere acabar sus días postrado en una silla de ruedas como le adelantan los médicos. Normalmente él siempre se apoya en la silla, pero cuando las cámaras le persiguen aparecen andando con bastón y con la ayuda de su fiel escudero. Un día antes de su aparición visita a su médico de confianza y se inyecta células madre y plaquetas.
Juan Carlos I se oculta de la gente, no quiere que le vean en su estado
Pero todos los problemas de Juan Carlos no son solo los problemas de movilidad. El emérito también ha presentado algunos despistes que han preocupado a sus hijos, especialmente a la infanta Elena que es quien más tiempo pasa a su lado.
A día de hoy, Juan Carlos vive en Abu Dabi, y se espera que algún día vuelva a España o a algún país cercano, ya que si fallece en los Emiratos Árabes sería una deshonra para la corona y una humillación para Felipe VI.
El emérito cuenta con todas las comodidades, no está solo. Recibe visitas de sus familiares y amigos, y una de las mujeres que más tiempo pasa con él es Marta Gayà, su último amor y más fiel. Pero además cuenta con su fiel escudero, sus escoltas, fisioterapeuta, entrenador personal, nutricionista, médico y enfermeros a su cargo.
Juan Carlos I apenas puede moverse y por la noche hace uso de cuñas, como en los hospitales, o incluso en alguna ocasión usa pañales, aunque es reticente a ellos. Se enfada mucho cuando le hablan de pañales. No quiere verse mayor.