Juan Carlos I no atraviesa uno de sus mejores momentos. El emérito se ve muy mayor y siente que ya no es como antes. Se siente un monarca derrotado. A sus casi 87 años, el padre de Felipe VI arrasa serios problemas de movilidad desde su caída en Botswana mientras cazaba elefantes con su amante, Corinna Larsen. Ese fue el momento en que se inició su derrota. La primera operación de urgencia de cadera, y vinieron muchas más. En los últimos años ha andado con muchas dificultades. Ya hace tiempo que usa a su asistente personal para apoyarse, así como un bastón.

El marido de la reina Sofía ha sido visto en varias ocasiones en silla de ruedas. En Abu Dabi siempre se desplaza por su mansión con ella, pero cuando tiene algún acto público o regresa a España, la abandona. No quiere que le vean con ella. Le hace sentirse inferior y vulnerable. Y para colmo, los médicos le han dado la peor de las noticias. Dada su edad y todos los tratamientos a los que se ha sometido ya no hay muchas más opciones. Juan Carlos se quedará en silla de ruedas hasta el fin de sus días.

Felipe ayuda a Juan Carlos / EFE

Juan Carlos I se ha sometido a revolucionarios tratamientos de medicina regenerativa tras 17 intervenciones

Juan Carlos I se ha sometido a tratamientos de medicina regenerativa, se ha inyectado todos los meses células madre y plaquetas en sangre. Unas horas más tarde mejoraba su movilidad, pero era algo concreto, en pocos días volvía a su silla de ruedas. El emérito utilizaba este tratamiento revolucionario y exclusivo para los más pudientes para asistir a algunos actos, de esta forma podía aguantar unas horas en pie y nadie le fotografiaba en silla de ruedas, su mayor preocupación.

El emérito siente fuertes dolores en su cadera, en ocasiones no puede ni levantarse de la cama. Recibe pinchazos casi a diario para calmar esos dolores que le están haciendo la vida insoportable.

En toda su vida, Juan Carlos I se ha sometido a un total de 17 operaciones, todas ellas entre la cadera y las rodillas, sus principales problemas. Tiene artrosis y desgaste óseo. Ni tan siquiera con su millonaria fortuna ha podido ponerle solución.

Esto conlleva una profunda depresión en Juan Carlos I. En los últimos meses se le ha visto mucho más apagado y triste. No quiere que se le vea tan débil. Algunos de sus amigos intentan que salga adelante y no se hunda, pero es una situación complicada.

Juan Carlos sale del coche