La preocupación por la salud del rey emérito Juan Carlos I sigue latente. Principalmente entre sus familiares y también por la parte más conservadora de la sociedad. A sus 86 años, enfrenta una serie de problemas físicos que han afectado profundamente su movilidad y calidad de vida. A pesar de mantener un régimen de ejercicios diarios bajo la tutela de profesionales y recibir tratamiento médico regular, su estado de salud continúa deteriorándose progresivamente, generando crecientes inquietudes.
En abril pasado, Juan Carlos I se sometió a una evaluación médica en la clínica del doctor Eduardo Anitua, especializado en medicina regenerativa. Acompañado por su jet privado desde Sanxenxo, este evento médico no confirmó oficialmente los detalles de la intervención, pero varias fuentes, incluida Pilar Eyre, sugirieron que podría tratarse de procedimientos avanzados y revolucionarios.
El rey emérito Juan Carlos I se aferra a la vida con tratamientos revolucionarios
"Se habla de un reconocimiento médico, chequeo o algún tratamiento especial... pero no está confirmado". "Es la clínica de Eduardo Anitua y muy cerca de aquí está la del traumatólogo personal de Don Juan Carlos, Mikel Sánchez”, apuntaron entonces en Telecinco. "Ambos son muy reconocidos internacionalmente, premiados por sus investigaciones en plasma y en medicina regenerativa. Eduardo Anitua es especialista en implantología oral y Mikel Sánchez está especializado en muchas intervenciones en las articulaciones", añadían sobre el emérito y los profesionales sanitarios.
El tratamiento al que se somete el ex monarca implica el uso de técnicas innovadoras como plasma y células madre, conocidas por sus efectos regenerativos en pacientes, incluyendo deportistas de élite como Rafa Nadal. Este proceso incluye la extracción de sangre del paciente para crear plasma rico en plaquetas, que luego se infiltra en las articulaciones afectadas mediante nuevas transfusiones, siendo considerado un avance significativo en medicina regenerativa con resultados exitosos en diversas condiciones médicas. Un tratamiento que necesita no interrumpir para frenar al máximo su deterioro.