Juan Carlos se exilió a los Emiratos Árabes para alejarse del foco mediático en un momento en el que tenía un juicio con Corinna Larsen. Casa Real le apartó para no perjudicar la imagen de la corona. Es algo que al emérito no le ha venido del todo mal, ya que de esta forma aleja todo su patrimonio de la sombra de la Hacienda Pública. Con sus dos mil millones de euros, hace todo lo posible para que a sus nietos no les falte de nada. Ha pagado los estudios a todos ellos, también las casas donde viven y les ha ayudado a buscar trabajo. Incluso les ha pagado el carnet de conducir, viajes, y coches. A todos menos a Leonor y Sofía.
Uno de los nietos de Juan Carlos más consentido es Froilán. Ha dado muchos quebraderos a la familia, pero a su abuelo siempre le ha respetado. Hace un año, después de protagonizar varios escándalos, se ofreció para vigilarle en Abu Dabi. Le buscó un trabajo y un apartamento de lujo de 500 metros cuadrados. Él se encargó de sufragar todos los gastos.
Froilán no vive todavía en España, pero regresa en multitud de ocasiones. Aprovecha los vuelos en jet privado de Juan Carlos. Vienen siempre juntos, pero él aprovecha para ver a sus amigos, y por supuesto, para salir de fiesta.
Froilán estuvo un par de días en Ibiza con su amigo Aitor
Tal y como adelanta Informalia, Froilán ha sido visto de incógnito en Ibiza según una periodista. El hijo de la infanta Elena ha disfrutado de una nueva escapada a la isla balear, ahora que todavía no hay mucha gente, y se ha tropezado con Isabel Díaz Ayuso y Susanna Griso. Precisamente, ha sido la presentadora de Antena 3 quien se lo encontró en el aeropuerto y se saludaron: "El también estaba en Ibiza, me saludó en el aeropuerto”.
Sin embargo, Froilán ha logrado esquivar a los periodistas en la isla pitiusa, y eso que ya están todos preparados porque durante el mes de junio suelen llegar muchos famosos a la isla. Parece que los periodistas no se han percatado de su presencia porque ha hecho caso a su abuelo y a su madre y ha mantenido un perfil bajo. Se ha alojado en una mansión, alejado de zonas céntricas y concurridas. Y aunque ha salido de casa ‘disfrazado’ para no ser reconocido, en estas 48 horas se ha apuntado a todas las fiestas.
Testigos presenciales aseguran que está mucho más tranquilo y que es un chico muy simpático. Iba acompañado de su amigo íntimo, Aitor, el hijo de Guti y Arancha de Benito.
