Juan Carlos I está dolido y tiene ganas de hablar pero no en un juzgado. Los tribunales lo tendrían que citar a declarar por fraude fiscal reconocido pero ni la Fiscalía tiene interés. Acaban de perdonarle parte de sus delitos. así que el emérito habla a la prensa amiga.
No a Carlos Herrera, que se inventa todo lo que explica del rey y ha anunciado treinta y cinco veces el retorno inminente del padre de Felipe. Siempre mentira. El rey ha hablado con la prensa francesa, el París Match.
En portada una gran exclusiva arriba a la extrema derecha en una foto reciente de tamaño carné en su mansión a los Emiratos, una casa kitsch y fría según la periodista:
El rey está bronceado y conserva un pin con la bandera de España a la solapa. Defrauda a Hacienda pero la bandera en el corazón. El contenido de la revista tiene declaraciones de Juan Carlos como un avance editorial del futuro libro "El rey venido a menos" (Mon roi déchu) de la escritora Laurence Debray. Una de las confesiones que hace es el mote con el cual se refiere al actual rey Felipe VI. Un mote con menosprecio.
Desde su abdicación, Juan Carlos hablaba de su sucesor y se refería en público o en privado como "Rey Felipe" pero ahora cuándo se refiere lo rebaja y sólo le llama "Mi hijo". No le concede el trato reverencial por el cargo que es obligado entre familiares. Sólo mi hijo, recordando que todo lo que tiene es por su padre.
Otras confesiones de Juan Carlos entre comillas, surgidas de su boca:
- No sé cuándo volveré, algunos están muy contentos con que yo me marchara
- Desde de aquí en Abu Dhabi no molesto en la Corona. Yo quería ir a Portugal pero me dijeron que estaba demasiado cerca. Tenía muchas presiones
- No lucho por mantener mi legado porque las instituciones que dejé tendrían que ser suficiente. Ellas hablan para ellas mismas. Pero es cierto que las instituciones se destruyen más fácil que se construyen
- Mi hijo no me felicitó por los 83 años el pasado mes de enero
La periodista revela que viste como un jubilado de los EE.UU., con bambas y tejanos. Tiene cuatro guardaespaldas y dos filipinos que le hacen de asistentes. Echa de menos la comida pero un amigo le envía jamón del bueno.
París Match publica imagen de la mansión, y fue quien publicó la célebre foto del rey haciendo una barbacoa en Zarzuela con el hijo de su amante Corinna.
La prensa española ya sabe cómo Juan Carlos paga el servilismo y el silencio sobre los escándalos: entrevista en Francia. Ni a ABC ni a La Vanguardia, en el París Match. Allí la monarquía la acabaron rápido: a guillotinazos.