Juan Carlos I ha vuelto al foco mediático tras decidir demandar a Miguel Ángel Revilla por vulnerar a su honor en su último libro. Le reclama 50.000 euros que donará a causas sociales. Una noticia que ha sorprendido, incluso a la Casa Real, que no tenían conocimiento de los últimos movimientos del emérito. No les había consultado, lo que ha servido para una nueva discusión entre padre e hijo. Felipe VI habría decidido cambiar de idea y no dejar que el marido de la reina Sofía aparezca por España en un largo tiempo. Y es que no solo hay una demanda en juego, también ha dado un pulso sobre la mesa con la publicación definitivamente de sus memorias. Parece que el exmonarca está asesorado por la infanta Elena.
El emérito está harto del trato que se le está dando en los últimos años. Lleva en el exilio desde agosto de 2020 y quiere volver a España cuanto antes. Felipe VI y Letizia no están dispuestos a que vuelva a Madrid, ni que tenga relación pública con sus dos nietas, Leonor y Sofía. Juan Carlos I conoce mucha información que podría hacerle daño a él pero también a su querida enemiga, la reina de España. Está dispuesto a sacrificarse por hundir a la corona y a Letizia.
Juan Carlos I ejecuta su venganza contra Letizia
En su momento Juan Carlos I fue una de las figuras más queridas, pero ahora es el gran olvidado, una persona en ocasiones odiada. Se ha perjudicado mucho a su imagen y ha quedado como un rey derrotado. Ya nadie diría que en su día fue todopoderoso. “Quiere presionar tanto a su hijo como a Moncloa”, explican fuentes próximas al monarca, que describen a un hombre profundamente dolido por lo que considera un “abandono institucional”.
Felipe VI tiene claro que la imagen de su padre ha quedado dañada y acercarse a él solo puede perjudicar su reinado, por mucho que quiera estar a su lado y le duela tenerle a miles de kilómetros de distancia.
Juan Carlos I ha amenazado a la corona. Quiere que Letizia continúe perdiendo poder como ha sucedido con la campaña de desprestigio emprendida por Jaime del Burgo. Solo de esta forma guardará silencio para siempre. Es la amenaza para que no publique sus memorias. Si la reina desaparece, él calla. Quiere volver a España siempre que quiera y además ver a Leonor y Sofía, e ir a sus actos. Ha puesto a su hijo entre la espada y la pared.
