Mientras Iñaki Urdangarin estaba haciendo tiempo en la cárcel cumpliendo condena por el caso Nóos, decidió soltar todas sus penas en unas memorias que están levantando polvo en la casa real. Unas memorias que son como el capítulo final de su venganza personal contra la casa real. Según Iñaki, Juan Carlos I, el rey emérito, y sus amigos de alto poder, podrían haber hecho más para evitar que él acabara entre rejas por el caso Nóos. Se siente como el chivo expiatorio de la historia, el que pagó los platos rotos para que la justicia pareciera justa para todos.
Iñaki advirtió que está dispuesto a publicar todo lo que conoce sobre la familia real española, especialmente sobre el rey emérito Juan Carlos I. Tiene ofertas para publicarlas y está usando eso como arma de negociación con su todavía esposa, la infanta Cristina, en el divorcio que lleva esperando desde hace meses. Y amenaza con dar luz verde a la publicación si no le compensan lo que ganaría vendiéndolas. Entre sus demandas, pide una pensión vitalicia de 25.000 euros al mes y un pago de dos millones de euros.
Juan Carlos I se ofrece para pagar la fiesta de Iñaki Urdangarin
La infanta Cristina no está dispuesta a soltar el montante tan fácil. Por un lado, no quiere ser la patrocinadora oficial de la nueva vida de Iñaki, especialmente si va a ser junto a otra mujer. Por otro lado, es su única carta para evitar que su aún esposo haga vida oficial con su amante.
El rey emérito Juan Carlos I, sin embargo, ha decidido intervenir en este drama familiar. Quiere evitar que salgan a la luz los secretos que Iñaki guarda en esas memorias explosivas. Está dispuesto a poner un cheque en blanco para salvar la corona y la monarquía. Y es que no solo sabe cosas comprometedoras del rey retirado, sino también secretos sobre la vida de Felipe VI que no le dejarían nada bien delante de la opinión pública. Revelaciones que harían mucho mas daño del que han hecho las de Jaime del Burgo, teniendo en cuenta que Urdangarin tiene mucha más credibilidad que el ex marido de Telma Ortiz.