Juan Carlos I y Sofía querían que su hijo se casase con una mujer de la realeza para emparentarse con otra monarquía. Sin embargo, por alguna extraña razón siempre acababa con plebeyas. Felipe VI mantuvo una relación con Gigi Howard en Washington, y dos relaciones más serias con Isabel Sartorius y Eva Sannum. Ambas estuvieron a punto de convertirse en reinas, pero el emérito mandó a sus amigos del CNI a investigarlas y descubrió oscuros episodios que utilizó para ejercer presión mediática con la ayuda de los medios de comunicación y disolver el futuro matrimonio. Pero su estrategia no salió como esperaba. Finalmente, el entonces príncipe se enamoró de Letizia, la presentadora de informativos de TVE. Y en esta ocasión se plantó ante su padre. Si no le dejaba casarse con la periodista abandonaría el trono.
Como sucedió con las otras parejas, Juan Carlos también investigó a Letizia. Podría ser un gran peligro para la corona. Periodista, divorciada de su profesor de instituto a quien conoció con 17 años, presentadora de informativos, de padres divorciados, agnóstica y posiblemente republicana. Una auténtica deshonra. Además, descubrió episodios que si saliesen a la luz hundirían la imagen de la corona española. Algunos supuestos capítulos de su vida los explicó su primo David Rocasolano. La monarca se confesó al padre de sus hijas y le explicó que había sufrido dos abortos. Aplaudió ese acto de sinceridad.
Sin embargo, en 2013, Letizia y Felipe atravesaron una grave crisis. La reina fue infiel al rey según Jaime del Burgo. En esa ocasión, la periodista engañó al padre de sus hijas durante varios años. Les descubrió Juan Carlos y se lo contó a su hijo. De allí vendría la mala relación entre suegro y nuera.
Juan Carlos contactó con sus amigos del CNI para desenmascarar a Letizia
En aquellos tiempos Juan Carlos presentó a Felipe un informe del CNI donde aparecían más de 20 hombres que habrían mantenido relaciones íntimas con la reina. Según varios testigos a los que consultaron, Letizia llevó una vida muy promiscua especialmente durante su juventud, cuando se fue a trabajar y estudiar a México. Allí era totalmente libre. Se comportaba de esas formas porque nunca pensó que sería la futura reina y que esos episodios podrían salpicarla.
La vida tan movida de Letizia no fue del agrado de Juan Carlos y Sofía. Avisaron a Felipe de lo que podía suceder. Al emérito no le extrañó que la madre de Leonor y Sofía fuese infiel a su hijo. A la emérita le sentó como una puñalada en el corazón. Además, descubrieron que ya habría sido infiel en una ocasión, concretamente a Alonso Guerrero, en el momento que se dieron un tiempo y ella se marchó a México. Él le llamaba de forma insistente.