Sofía de Grecia es una figura muy respetada en la alta monarquía europea por toda su historia y por su sangre azul tan fuerte. Hija de los reyes Pablo I y Federica de Grecia, su vida ha estado marcada por el deber, la elegancia y el compromiso, aunque también por las dificultades personales debido a las acciones de su esposo, el rey emérito Juan Carlos I de España, alguien muy famoso se mire por donde se mire.

La historia de la reina Sofía mezcla felicidad y tragedia

Desde joven, Sofía de Grecia demostró ser una mujer de gran carácter y determinación. Su educación incluyó estudios en Alemania y un periodo en la prestigiosa escuela internado Schloss Salem, sin embargo, durante su juventud, conoció a Juan Carlos I de Borbón (por fortuna o desgracia para ella), quien entonces era príncipe de España. Su matrimonio en 1962 fue un evento grandioso, celebrando la unión de dos casas reales y prometiendo un futuro brillante para la joven pareja.

La reina Sofía y su hermana Irene de Grecia

Ya una vez siendo reina de España, la actual emérita Sofía desempeñó su papel con gracia y dedicación, por lo que se le ha reconocido por años. Fue una figura clave durante la transición democrática de España después de la dictadura de Franco, apoyando a su esposo en sus deberes como rey y participando activamente en obras benéficas y culturales. Su labor fue fundamental en mejorar la imagen de la monarquía y en acercarla al pueblo español. Así pues, la reina Sofía fue considerada una eminencia en su puesto, totalmente apta para ello. 

Sin embargo, la vida personal de la reina Sofía estuvo lejos de ser ideal. Desde el comienzo de su relación, Juan Carlos I mostró una falta de compromiso emocional. Se dice que durante los primeros años de noviazgo, Sofía de Grecia fue cortejada por el empresario húngaro Robert de Balkany, y Juan Carlos, lejos de mostrarse celoso, llegó a presionar a la reina Sofía para que considerara al empresario, diciéndole: "No seas tonta, te hará feliz, es muy rico". Estas palabras reflejaban una falta de afecto y respeto que marcarían su matrimonio, aunque también denotaba el cierto desapego del rey.

Robert de Balkany

Juan Carlos I tuvo muchas aventuras de cama

A lo largo de los años durante su matrimonio, las infidelidades de Juan Carlos I se convirtieron en un secreto a voces. Sus aventuras amorosas con mujeres de diversas esferas sociales fueron constantes, dejando de lado a la reina Sofía y su compromiso con ella a pesar de que era una reina ejemplar. Sin embargo, aún a pesar de estas humillaciones, Sofía de Grecia mantuvo una postura digna y se concentró en sus deberes reales y más que nada en sus hijos, Felipe, Elena y Cristina.

Es por ello que la historia de amor de la reina no es vista como la mejor del mundo, pues aunque tuvo todos los lujos que quisiera, pues al final Juan Carlos I terminó siendo igual o incluso más rico que Robert de Balkany, nunca tuvo el amor condicional de su esposo.