La semana Corinna acaba con la reaparición del rey Juan Carlos. Algunos esperaban que sería en las puertas del Tribunal Supremo citado a declarar por dos posibles delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales, pero no. El TS está demasiado ocupado enviando independentistas a prisión. Juan Carlos está como Urdangarin después de ser condenado en Palma: de vacaciones. Su cadera no le permite las mismas alegrías que antes y sin amantes mueve lo que puede de regatas en Galicia. Este es el momento en que accede, de copiloto en el coche oficial, al puerto de Sanxenxo.
Veloz, sin saludar ni detenerse para con la prensa o los súbditos. Como en el célebre reportaje que le dedicó El país para blanquear su imagen, parece que el rey emérito se refugia en la única amante que no lo ha abandonado: la mar. Pero el rey sabe bastante de tropiezos: la regata ha sido cancelada. El Faro de Vigo informa de que el rey se ha esperado durante una hora dentro del coche mientras se decidía si la regata se celebraba o no. Huye de la prensa y de la gente. Antes encerrado dentro de un Audi blindado que dando la cara.
Youtube (imágenes de archivo)
El rey emérito no tiene agenda oficial desde el 7 de junio, ni tiene previsto ningún acto oficial este año en que cumple 80 años. El 2 de noviembre los cumple su aún esposa, Sofía de Grecia. Antes tendrá que dar la cara en Marivent, donde está previsto que pase parte del verano. Si Felipe VI lleva años intentando evitar la fotografía con su hermana Cristina y su cuñado Urdangarin, apuesten a que no habrá foto oficial de verano de Felipe y Juan Carlos. Empieza la enésima operación "Aislar a Felipe" para que parezca que nada va con él.
GTRES
Así recibían hace años los dos Borbones a las autoridades de la isla el mes de agosto. La barba blanca del rey emérito podría ser el vaticinio de la que se dejan crecer los marineros. O los presos.